El multitudinario homenaje a Pizarro
miércoles 17 de marzo de 2010, 20:15h
Lo que en un principio iba a ser una ‘discreta’ comida de despedida a Manuel Pizarro, promovida por un grupo de diputados que mantuvieron una estrecha relación con el empresario durante los dos años escasos que permaneció en su escaño, terminó por convertirse en un multitudinario homenaje.
La iniciativa, que partió de la diputada gallega Ana Belén Vázquez y al que en un principio estaban apuntados apenas una docena de diputados, fue extendiéndose como la pólvora por la bancada popular y poco a poco la lista de ‘amigos’ de Pizarro fue aumentando espectacularmente. Entre los asistentes, la portavoz del grupo, Soraya Sáenz de Santamaría, cuya presencia explica en buena medida el afán de muchos por no perderse el acontecimiento.
Al final, setenta parlamentarios del PP compartieron mesa y mantel con el empresario, que se quedó de piedra al ver a tantos antiguos compañeros allí congregados. Hasta el punto de que en el restaurante en el que se celebró la comida-homenaje, un conocido local vasco cercano al Congreso, no cabía ni un alma. Incluso se unió al grupo el único diputado de UPN, Carlos Salvador, cuya presencia destacó especialmente, más teniendo en cuenta que el único diputado navarro del PP, Santiago Cervera, - ex diputado de UPN- no estuvo en la comida.
“La Virgen del Pilar”, soltó Pizarro antes de entrar en el local al ver que hasta una cámara de televisión esperaba su entrada.
A los postres, Pizarro agradeció a todos el almuerzo-'sorpresa' y el regalo que le hicieron – una lámina de la fachada principal del Congreso firmada por todos los asistentes- mientras hacía repaso a su trayectoria de estos últimos años, su efímero paso por la política y la lealtad que seguirá manteniendo al PP, sin olvidar el “duro” momento que pasó durante el episodio de la OPA sobre Endesa, empresa que él presidió.
También Sáenz de Santamaría tuvo unas palabras de cariño hacia su persona, destacando de él su discreción y el hecho de que en todo momento haya demostrado que es “todo un señor”. Rajoy, que no acudió a la comida, no escuchó los halagos, dichos todo hay que decirlo, a toro pasado.