La revista Quién y el Yes we can de Michelle Obama

Los resentidos sociales, de esos que no hay pocos en este país, ya andan diciendo que Obama no debe querer tanto a Michelle como para haberla mandado a México, a pesar de las comedidas sugerencias que su propio gobierno le ha proporcionado a sus gobernados para que tengan tiento al venir a estar tierras de El Mayo Zambada y María Santísima. Antes al contrario, ávida de emociones fuertes, la primera dama quiso pasearse por estos lares porque le habían platicado que en el patio trasero pasan cosas muy folclóricas y existen criaturas muy de veras. Tal es el caso de la secretaria de Turismo, Gloria Guevara Manzo, que, harta de sentirse como un torero al otro lado del telón de acero del gabinetillo de Jelipillo, confirmó lo que su jefe de jefes ya había dicho con peregrino entusiasmo: que la inseguridad y la violencia son cosas de percepción, que a juzgar por la derrama económica y la cantidad de turistas en Semana Santa, la cosa iba bien padriuris.

Por su puesto, los más de 22 mil muertos registrados por la narcoguerra desde 2006, incluso podrían formar parte del atractivo de un país que se ha vuelto una especie de paraíso de los deportes extremos. De hecho, la balacera en Kafkacapulco, con sus respectivos daños colaterales —niños muertos incluidos—, sirven para alentar a los viajeros necrófilos.

Y me imagino a doña Michelle, muy divertida escuchando al secre Ernesto Cordero, alegando, frente a los gritos y chiflidos de quienes no comprenden su beatífica labor, que se equivocaron los “notables” que criticaron al gobierno por cómo abordó el catarrito que se convirtió en pulmonía cuata. Ternurita pura.

Y bueno, ¿qué habrá pensado la señora Obama cuando se enteró de que los obispos le echan la culpa al “libertinaje” del problema de la pederastia y exigen que nos regresemos al siglo XVI? Y de que Gomezpunk le haya respondido primero a Joaquín Sabina que a los padres de la guardería ABC y de los niños muertos por los granadazos del Ejército…

A Bazbaz lo debe querer importar a la de ya. Cuando regrese a la Casa Blanca, Michelle le contará a Barack que se la pasó risa y risa al ritmo del Yes, we can.

PD. La editora general de la revista Quién, Diana Penagos Mason, aclara que su publicación “nunca ha pagado ni pagará por entrevistas, portadas ni cualquier otro tipo de contenidos, ya que esto iría en contra de nuestras políticas editoriales”. Esto por el trascendido que me pasaron sobre los 70 mil pesos que le habrían pagado a la pareja Navalú por la cubertura exclusiva de su feliz matrimonio. Y le creo. Ya se me hacía mucho dinero por esa boda.

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Opinión extraída del Periódico Milenio 16/04/10