Rajoy se reconcilia también con Juan Costa

No parece que entre los defectos de Mariano Rajoy esté el de ser rencoroso a tenor de lo que estamos viendo estos días. Sea por ese motivo o bien porque hay que 'apretar las filas' cuando se intuye la victoria, lo cierto es que el líder del PP ha decidido ‘pasar página’ y perdonar -¿también olvidar?- las afrentas que algunos dirigentes le hicieron después de perder por segunda vez las elecciones generales en 2008 y las duras críticas que recibió en vísperas del Congreso Nacional, celebrado en Valencia en el que fue reelegido presidente del partido.

De hecho, el pasado domingo pudimos ver a Rajoy ‘a partir un piñón’ con la que pudo ser su rival interna en aquel Congreso, Esperanza Aguirre, en el inicio de la campaña contra la subida del IVA. Pero Rajoy también se ha dejado ver en tres ocasiones con su antecesor, José María Aznar, con el que no es ningún secreto las frías relaciones que ha  mantenido durante estos años de travesía del desierto. La última aparición con el ex presidente del Gobierno tuvo lugar este mismo lunes, en la presentación de un libro coordinado por el ex secretario de Hacienda, Luis de Guindos, que protagonizaron al alimón  Aznar, Rajoy y Rodrigo Rato. Los tres encantados de verse.

Pues bien, este jueves Rajoy escenificará otro ‘reencuentro’. Será con Juan Costa, -hermano del defenestrado secretario general del PP valenciano Ricardo Costa-, al que, a petición de éste, presentará en Barcelona su libro ‘La revolución imparable’ en el que diputado por Castellón aborda los efectos de la globalización y del cambio climático en el mundo.

Rajoy no estuvo la presentación del libro en Madrid -la excusa fue que volvía de Bruselas de una reunión con el PPE-, que protagonizó Rodrigo Rato, y que logró convocar en el hotel donde se celebró el acto a un nutrido grupo de dirigentes de la ‘vieja guardia’ como Eduardo Zaplana, Ángel Acebes, José María Michavila,  Gabriel Elorriaga, o Ignacio Astarloa, asi como a otros dirigentes que apoyaron al ex ministro cuando amagó con presentar una candidatura alternativa a la del líder en aquel agitado cónclave de Valencia. La foto de los dos juntos tendrá 'morbo'.