Todo el mundo conoce ya la noticia sobre Sakineh Mohammadi Ashtiani, la mujer que será lapidada en Irán tras declararla culpable de haber engañado a su marido y después haberle asesinado. Desde que esta información viera la luz, varios mandatarios de diversas partes del mundo han manifestado su oposición a esta sentencia. Entre ellos Carla Bruni, que publicó una carta conjunta con la actriz Isabelle Adjani, en la que afirma que Sarkozy y Francia trabajarán por los derechos de la condenada, lo que no ha gustado nada en Irán.
A tal punto ha llegado el asunto, que un diario iraní ha publicado un artículo titulado 'Las putas francesas se unen a las protestas por los derechos humanos' en el que además, se llega a afirmar que Bruni "luchó para romper el matrimonio del presidente Sarkozy y así convertirse en la primera dama". De esta manera, Irán cae una vez más en el machismo más retrógrado al juzgar la intimidad de una mujer de tal manera. Y es que nadie criticó en Irán la vida privada del presidente brasileño, Lula Da Silva, cuando hace unos días ofreció asilo a Sakineh en su país.