El portavoz del organismo,
Tibor Dobson, declaró a la agencia que de momento no se han registrado peces muertos en el Raba, un afluente del Danubio, ni en el Mosoni-Danubio, un brazo del río centroeuropeo, a los que ha ido llegando el vertido.
Poco antes, Dobson explicó a Reuters que la población local ha estado batallando para reducir el contenido de alcalino del vertido, que sigue siendo de alrededor de pH nueve -por encima de los niveles normales y menos dañinos, de entre seis y ocho-, antes de que llegase al Danubio. La polución comenzó el pasado lunes con la rotura de una balsa de residuos de una planta privada de aluminio.
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