La hora de Zapatero

Allá por el mes de febrero, el presidente Rodríguez Zapatero había enumerado desde Vitoria los principios que creía esenciales para el futuro del País Vasco. Fueron estos cinco: para hablar de paz hay que olvidar la violencia; para concurrir a las elecciones hay que respetar la ley de partidos; el futuro de Euskadi requiere un acuerdo plural entre partidos; el PSOE apostará por ese acuerdo, pero no dará un paso adelante mientras persista la violencia, y el Gobierno mantiene intacta su determinación de lograr la paz.

Eran unos principios tan obvios que no aportaron nada nuevo, como señalaron varios observadores en aquel momento. Es posible que Zapatero sea una persona con buenas intenciones, pero un presidente de un gobierno tiene que ser algo más. Ahora que recibe a Mariano Rajoy en la Moncloa deberá sentar las bases de un nuevo acuerdo antiterrorista que incluya a todas las fuerzas democráticas, con ideas claras, demostrando quién es el presidente del Gobierno. Como dice el profesor Sánchez-Cuenca, se precisa un nuevo pacto, con PSOE, PP y PNV. Y tanto mejor, si entran CiU, BNG e IU.

No se trata de que ZP vaya de cordero degollado, sino de líder político, capaz de tomar la iniciativa. Hace falta un nuevo marco en la lucha antiterrorista, empezando por retomar la resolución del Congreso de mayo de 2005, ahora invalidada por la decisión de ETA de volver a las armas. La ilusión de que es posible construir la paz sin cambiar nada no sólo condiciona las buenas intenciones del presidente, sino que pone en cuestión su capacidad como líder político. Y a la hora de la verdad, Mariano Rajoy le empieza a tomar la medida, ETA vuelve a las andadas y Arnaldo Otegi no se pasa, definitivamente, al campo de la política. Zapatero tiene que mirarse a sí mismo y hacer algo. Es su hora.