El ejemplo de la dama de hierro

Habrá que estar atentos, pero da la impresión de que los recortes anunciados por  la presidenta María Dolores de Cospedal en Castilla-La Mancha podrían ser un faro que alumbrara lo que nos espera a casi todos. La "dama de hierro" castellano-manchega no se ha cortado un pelo y, tras comprobar como ha dejado las arcas públicas el PSOE de Barreda, repletas de telarañas y debiendo hasta de callarse, ha presentado unos presupuestos para 2012 que han hecho temblar los cimientos de casi todas las comunidades autónomas. Seamos conscientes de que esto es lo que nos espera a todos si, como es previsible, el PP ganara las elecciones del 20-N. No hay más remedio que ajustarse el cinturón. Su teoría es sencilla y muy simple: trabajar más, cobrar menos, no tocar los impuestos ni los servicios sociales y prescindir de lo mucho que hay de prescindible en las administraciones públicas, es decir, edificios, coches, empresas públicas y subvenciones a diestro y siniestro (más a siniestro que a diestro, es verdad). En el fondo, excepto los paniaguados de las centrales sindicales mayoritarias, es decir, CC.OO. y UGT, y los partidos políticos que viven de la mamela pública, creo que la gran mayoría de los españoles estamos de acuerdo con estas medidas de austeridad que, entre otras cosas, llevamos pidiendo desde hace bastante tiempo Desde aquí abajo, desde el sur del sur, desde mi querida Andalucía, uno se plantea si no es posible que el presidente Pepe Griñán lleve a cabo una política de austeridad similar a la de Cospedal ante los presupuestos del año que viene que él mismo acaba de calificar con el apelativo de "contractivos" en todo menos en Educación y Sanidad. Bien es verdad que el endeudamiento andaluz está bastante lejos del de Castilla-La Mancha, pero también lo es que los problemas estructurales de la sociedad andaluza, empezando por el más acuciante del paro, también son mayores que en la vecina comunidad castellano-manchega. Puede ser el "chocolate del loro", pero yo me pregunto cuántos millones se ahorrarían si se prescindieran de la mitad de los más de trescientos vehículos oficiales de alta gama que están al servicio de los altos cargos de la Junta de Andalucía, cuanto dejaríamos de pagar si se redujera el número de consejerías, tal y como prometió en su momento el presidente de la Junta y nunca cumplió, y el de altos cargos, cuánto si se prescindiera de buena parte de las cerca del centenar de empresas públicas cuyas actividades podrían pasar sin menoscabo alguno a las propias consejerías de las que dependen y podrían ser realizadas por funcionarios y no por  personal contratado a dedo. Como eso hay cientos de gastos que podrían ahorrarse. Es que se trata de un "chocolate del loro" carísimo que nos sale a cada andaluz por un ojo de la cara. Con unos presupuestos andaluces que para 2012 rondarán los 32.000 millones de euros, los recortes que pretende hacer Griñán se van a circunscribir a las inversiones, sobre todo en obras públicas. Pero el grave problema que tiene en estos momentos el presidente andaluz  es la dependencia del partido y su debilidad en el seno del PSOE andaluz, que le exige "recolocar" a todos aquellos "compañeros" dirigentes, y han sido muchos, que han perdido sus puestos públicos en las pasadas elecciones municipales. De ahí que le sea imposible, de momento, cumplir sus promesas de reducir la administración periférica, como anunció en su toma de posesión Si a ello le sumamos el aumento de funcionarios que provocará la llamada "Ley del enchufismo" y que supondrá la colocación en la Administración autonómica como personal fijo de cerca de 30.000 trabajadores adscritos en estos momentos a empresas públicas, el gasto corriente de este presupuesto "contractivo" se puede disparar a límites insospechados. Y, para colmo, Andalucía sigue siendo la comunidad líder en paro y ya se sabe que a menos inversión pública, menos empleo. No están los tiempos como para dilapidar el cada vez más escaso dinero que tenemos. Y si se le pide al contribuyente que se apriete el cinturón, los primeros en dar ejemplo de austeridad deberían de ser sus representantes públicos. El tonto de Mario Jiménez, que no ha hecho otra cosa en su vida que vivir de la política y que cada vez que abre la boca sube el pan, afirma que "los recortes de Cospedal reflejan la auténtica cara y las recetas de la derecha". Pues mire, usted, señor portavoz parlamentario del Grupo Socialista en la Cámara andaluza, sí. Y más vale que vayan aprendiendo ustedes a aplicar esos recortes en sus propios bolsillos si no quieren que los andaluces, hartos del dispendio y de tirar dinero en EREs fraudulentos, le den la patada de una vez y les manden a casa, que ya va siendo hora de que cambien las caras y los caras que llevan más de treinta años viviendo del cuento y lleguen nuevos aires a la política andaluza. En eso casi todos estamos de acuerdo con los "indignados"