Cuando Zapatero prometió el pleno empleo

Sin embargo, en contadas ocasiones, la realidad es más fuerte que el ingenio de los responsables de las distintas organizaciones que se tienen que rendir ante la crudeza del dato.

Esto ocurrió ayer. El Gobierno no pudo más que admitir que el dato fue malo, muy malo. Pequeñas matizaciones aparte, el mensaje del Ejecutivo no pudo ser otro que admitir que el paro les ha dado un duro revés al comienzo del mes de septiembre.

Además, llega en mitad del revuelo creado por dos 'colegas': el ministro de Economía, Pedro Solbes, y el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia; quienes decidieron hacer 'semipúblicas' sus quejas ante las promesas preelectorales del presidente.

Y en este momento, uno recuerda otra de las promesas del presidente que, aunque en su momento pasó inadvertida, si alguien tira de hemeroteca verá que ahí está. En el último Debate sobre el estado de la Nación, ensombrecido por el 'cheque-bebé', el jefe del Ejecutivo aseguró que España logrará el pleno empleo antes de que acabe la legislatura.

El pleno empleo supone, en teoría, que no hay paro en el país. Pero en la realidad no es exactamente eso. Con una tasa del 7% u 8% se considera que ya hay pleno empleo. Las razones son varias: por ejemplo, las personas que pasan por los Servicios Públicos de Empleo cuando están entre trabajo y trabajo; o aquellos que están apuntados a las listas del paro pero no son personas activas, es decir, que no están buscando un trabajo.

Para ver si la promesa de Zapatero sigue siendo factible habrá que esperar a la Encuesta de Población Activa del tercer trimestre, ya que es ella la que da el porcentaje de empleo. Sin embargo, el último dato no es muy prometedor para que se cumpla lo asegurado por el presidente.