lunes 10 de septiembre de 2007, 18:37h
La gente que más sabe de “esto” – y que cada uno interprete qué es lo quiero decir con eso de “esto” – se toma casi a coña el tema de las encuestas por las siguientes tres razones:
Uno: El encuestador le ofrece al que paga el trabajo de campo un resultado a la medida de sus intereses, es decir: maquilla, cocina e interpreta las respuestas obtenidas, de forma que el dueño del encargo pueda hacer utilización mediática del mismo sin que se le quede cara de tonto.
Dos: Los encuestados – juro que a mí nunca me ha encuestado nadie a lo largo de mi vida – son unos seres que existen, pero por alguna razón no son muy de fiar: mienten, simulan, y a veces dicen lo que harían en el momento de ser preguntados, que no tiene por qué coincidir con lo que harán el día que vayan a votar.
Y tres: Y esto es lo más importante, los que dicen que no saben o no contestan son legión. Los que no sabe, sí saben, y los que no contestan se callan aunque también saben.
A seis meses de las elecciones generales aquí todo el mundo vende la piel del oso y todavía no lo ha cazado nadie, lo cual es una buena noticia porque si fuera cierto que todo está hecho, unos y otros deberíais ir pensando en apuntarnos al Hare Krishna, - yo no lo haré - que es una secta que prohíbe el sexo ilícito.
Algo tan raro como esto habría que hacer en cualquier caso si creyésemos en las encuestas y en las declaradas convicciones de victoria que expresan cada día quienes dicen que son líderes de la octava potencia industrial del mundo.
Rajoy va a por todas, y Rodríguez está a punto de pasarse de frenada en la siguiente curva, porque pesan demasiado las promesas electorales que hace a ultima hora sin dinero para pagar la fiesta que anuncia.
El timo de la estampita o la escenificación habilidosa de los trileros pertenece a otra etapa de la historia de España. Hoy por suerte todos somos más avispados, aunque unos por disciplina, otros por sectarismo y otros porque la DGT nos recomienda que nos pongamos el cinturón para que el golpe sea menos doloroso, votemos cuando llegue el momento lo que nos venga en gana.