lunes 13 de enero de 2014, 11:09h
Se
ha puesto de actualidad el papel de una empresa española líder de un consorcio
que realiza las obras de ampliación del Canal de Panamá. Los problemas
sobrevenidos en un megaproyecto de tal envergadura son algo previsible por su
complejidad y la presencia mediadora de la ministra española de Fomento, Ana
Pastor, fue un gesto natural en algo que, por mucho que se empeñe una visión
puramente administrativista, no es solo un asunto entre contratista y cliente sino
un asunto de dimensiones históricas. No solo porque su resultado será facilitar
el 15% del tráfico comercial marítimo del mundo sino porque ello significa el
sueño español de estrechar la cintura del planeta.
Ya
desde que Vasco Núñez de Balboa descubrió el Océano Pacífico hace quinientos
años, los españoles soñaron con una vía navegable, fuese natural o artificial,
que permitiese comunicar los dos océanos y transformar la economía del planeta.
Una vía que evitase contornear el largo continente y facilitar el comercio con
Asia. Este fue el origen de la expedición que la Corona encargó al navegante
portugués, caballero de la Orden española de Santiago, Fernando de Magallanes
cuyas desventuras popularizaría el gran biógrafo Stefan Zweig en su libro "Magallanes,
el hombre y su gesta", donde relataría aquella dramática aventura en que
destacarían los dos juanes, Juan Sebastián Elcano y Juan Elorriaga como
maestres de barcos con los nombres de "San Antonio", "Trinidad", "Victoria", "Concepción"
y "Santiago" que costearían el continente americano sin encontrar el paso
deseado, hasta llegar a la punta del Cono Sur y cruzar el temeroso y desde
entonces nominado Estrecho de Magallanes. En aquella especie de viaje de "irás
y no volverás", cayó el primero el maestre Juan Elorriaga, apuñalado por su
lealtad a Magallanes por otro notable llamado Gaspar Quesada y sería sustituido
en sus funciones de maestre por Juan Sebastián Elcano. Quesada sería condenado
a muerte por Magallanes y decapitado a sable en vez de agarrotado, por su
privilegio de noble español. Otro que tampoco regresaría a casa. El paso por el
sur era tan difícil y distante que Magallanes preferiría retornar cruzando el
Pacífico pero moriría en Filipinas luchando contra los indígenas. Tampoco
Magallanes volvería a casa. Solo Elcano con la nave "Victoria" regresaría a
España con la gloria de ser el primer circumnavegante del mundo, y como testigo
de que la cintura de la tierra era demasiado ancha para establecer una
navegación regular y económica. Era evidente que la idea de un paso artificial
tendría que emprenderse algún día.
Fue
en el siglo XVIX cuando el ingeniero Fernando de Lesseps proyectaría abrir paso
cortando las tierras para hacer más estrecha la cintura del globo. Empezó por
Suez para unir el Mediterráneo y el Mar Rojo y evitar costear todo el
continente africano. Pero su imaginación estaba contagiada por los sueños
españoles de abrir paso por poniente. Sus estancias diplomáticas como ministro
plenipotenciario de Francia en Madrid y como Cónsul en Barcelona debieron de
influir en su propósito de abrir un canal en Panamá para lo que constituyó la
Compañía del Canal de Panamá, una entidad precursora del consorcio que ahora
lidera SACYR. Después de trece años su proyecto quebró, se dijo que por un
erróneo cálculo de la diferencia de nivel entre el Atlántico y el Pacífico. El
caso es que Lesseps terminó su vida amargado por los requerimientos contra él
de los accionistas de la Compañía que, al principio, le seguían con entusiasmo.
Lo devoró el embrollo de los sobrecostes, como es deseable que no le suceda a
SACYR. Hoy nos encontramos con los emprendedores españoles comprometidos y
embarullados con un megaproyecto de trascendencia mundial que no solo interesa
a una empresa concreta sino a la proyección exterior de España y a la economía
del mundo atlántico. Es lógico que el gobierno de España se interese en los
conflictos y dificultades que surjan en esta obra que triplicará la capacidad
del actual y congestionado sistema de esclusas. No tiene nada de extraño que
hayan surgido diferentes condiciones geológicas en los movimientos de material
de tan grandes dimensiones y que hayan sobrevenido sobrecostes. La opinión
pública española debe saber que las desviaciones e imprevistos sobre la
licitación inicial son frecuentes en estas grandes obras y en las más
importantes empresas de cualquier nacionalidad y resultan especialmente
problemáticas en consorcios internacionales como este en que hay inversiones
españolas, italianas y panameñas. Un empeño de tanta magnitud no es, quizá, tan
costoso y arriesgado en barcos y sangre como fue la expedición de Magallanes ni
son de esperar quiebras financieras como la del proyecto inicial de Lesseps.
Pero el progreso de la humanidad consiste en superar dificultades. Igual que
Elcano consiguió rodear la ancha cintura del planeta y Lesseps consiguió ceñir
la sisa del Mediterráneo, hoy debemos celebrar que un consorcio liderado por
emprendedores españoles trabaje para hacer más holgado el cinturón de agua que
une los océanos. En esa obra no cuentan solo los intereses de empresa sino que
su conclusión correcta será un éxito de la ingeniería, de la diplomacia y del
crédito internacional de España. Todas las mediaciones para que la obra llegue
a buen puerto, sin retraso o con retraso, están justificadas.
Ex diputado y ex senador
Gabriel Elorriaga F. fue diputado y senador español por el Partido Popular. Fue director del gabinete de Manuel Fraga cuando éste era ministro de Información y Turismo. También participó en la fundación del partido Reforma Democrática. También ha escrito varios libros, tales como 'Así habló Don Quijote', 'Sed de Dios', 'Diktapenuria', 'La vocación política', 'Fraga y el eje de la transición' o 'Canalejas o el liberalismo social'.
|
elorriagafernandezhotmailcom/18/18/26
|