Según informó el Departamento de Interior a Europa Press, la fachada de la casa del ertzaina resultó ennegrecida por la explosión, pero no se registraron mayores daños ni fue necesario ningún desalojo.
En el caso de los ataques de Barakaldo, ocurridos poco antes de las tres de la madrugada en sendos cajeros situados en las calles Miranda y Luis de Castrejana, se rompieron las lunas exteriores y se roció el interior con líquido inflamable, que después fue incendiado.
El cajero de la calle Miranda sufrió daños escasos, pero el fuego originado en el de la calle Castrejana obligó a la intervención de los bomberos y causó desperfectos en el propio cajero automático, además de ennegrecer el local. No se llevó a cabo ningún desalojo de los habitantes del inmueble.