Ni conejo, ni cava
Copa navideña en la Moncloa
martes 18 de diciembre de 2007, 20:24h
La cita en el Palacio de la Moncloa prometía. Porque como todos los años, la fiesta navideña que celebran Rodríguez Zapatero y la ‘vice’ Maria Teresa Fernández de la Vega, suele dar mucho de sí y además, se gorronea’ de lo lindo con el magnífico cóctel que suelen ofrecer los monclovitas. Uno se marcha a casa comido, que con los precios que corren por el mercado es algo de agradecer. Sobre todo al presidente del Gobierno, culpable de todos los males, incluido el desmadre del IPC, que ya le vale. Claro, luego sus ministros – que brillaron por su ausencia en la copita- recomiendan comer conejo y dejar menos en propinas en los bares, que no están los tiempos como para derrochar euros (166 pesetas, Sr. Solbes, no 160 como usted dijo en la tele), y menos en Navidades.
Pero bueno, vamos a lo nuestro. Llegamos pronto a Palacio pero en el hall ya no se podía ni dar un paso. ¡Mi madre!, nunca habíamos visto – o sí- tantos periodistas por metro cuadrado. Y con qué hambre. El nombre de la empresa de catering lo dice todo, ‘El sibarita’, especializado en cócteles institucionales. Bandejas repletas de excelentes ‘bocados’ que desparecían al instante y que este canapero probó sin recato. “Mira si hasta han puesto conejo”, se le ocurrió exclamar a un alma incauta desconocedora por completo del tamaño de los pobres animales tan apreciados ahora por el Gobierno. Pero, no. De conejo nada. Eran muslitos de codorniz adobados. Deliciosos, lejos del corriente y moliente sabor del conejo, sea de granja o de caza. Claro, que tampoco hubo cava – tampoco lo hubo en la copita que ofreció el lunes pasado la dirección del PSOE- para brindar a los postres, cosa rara. ¿Tendrá algo que ver el detalle con las frías relaciones que dicen que el presidente mantiene últimamente con Montilla?.
En fin, que mientras matábamos el hambre, tomábamos también buena nota de los invitados entre los que había un tropel de periodistas de distinto ‘pelaje’: Pedro Altares, Fernando Jáuregui, Paloma Barrientos, Ester Esteban, Luis Carlos Ramírez, Martín García Vega, Antonio Casado, Quico Tomás y Valiente, Ana Vaca de Osma, Luisa Palma…. Y un largo etc. difícil de enumerar por falta de espacio.
El que no aguantó demasiado rato en la fiesta fue el secretario de Comunicación, Fernando Moraleda, escayolado de su pie izquierdo por culpa de un esquince que se hizo, asegura él, haciendo deporte. ¿Y la vice y Zapatero?. Pues por allí andaban sepultados entre los currantes. Después de gorronear un buen rato, nos unimos a los corrillos y algunas ‘frivolidades’, al menos, captamos. Por ejemplo, - y al margen de asuntos de la política, que también los hubo pero que aquí no vienen a cuento-, que al presidente, que estaba en plan relajado, le parece más guapa la nueva pareja de Sarkozy, la modelo Carla Bruni, que su ex mujer, Cecilia (la de Sarkozy, claro). ¡Nos ha fastidiado! O que se marchará unos días a Doñana a descansar en familia. Además, el presidente ha prometido celebrar una comida con periodistas, pero esta vez del sexo femenino, que encargará organizar a su fiel Angélica, su brazo derecho e izquierdo. Y es que las periodistas parlamentarias andan más que enfadadas por los almuerzos que una vez al año celebra Zapatero en la cafetería del Congreso sólo con un elegido grupito de informadores, todos hombres, seleccionados por su jefe de Comunicación, Julián Lacalle , al que el propio ZP echó la culpa de esa discriminación femenina.
Pero quien más relaciones públicas hizo fue, como siempre, la vice que se negó a hablar de política. María Teresa Fernández de la Vega se mostró relajada y nos confió algunos ‘secretos’ como que desde hace cuatro años no va al cine (la última película que vio fue Gans of New Cork, de Martín Scorsese, fíjense); que hará una escapadita a un país europeo en Navidades para coger fuerzas para la campaña que le espera en Valencia, que va a ser fina, y que apenas tiene tiempo para sí misma…Y menos que va a tener si Zapatero vuelva a ganar en marzo porque el presidente confirmó que cuenta de nuevo con ella para ocupar la vicepresidencia del Gobierno.
Al final de la mañana De la Vega posó amablemente con varios grupos de periodistas y con todos los fotógrafos que a diario la ‘inmortalizan’, de los que recibió un detalle navideño, una brujita de la suerte que no soltó de las manos. Como buena anfitriona, fue la última en retirarse.
Ambiente 8
Canapés 8