La Policía Nacional lleva viendo como hay una campaña de ciberacoso a personajes públicos, sobre todo políticos, a través de la difusión masiva de datos personales que están siendo usados para emprender acciones de violencia digital y hostigamiento, como las que ha recibido el presidente del Gobierno, 9 de sus ministros o la directora del CNI.
Ahora hay que sumar a Ione Belarra, la líder de Podemos. El pasado mes de mayo la política denunció ante la Policía que estaba siendo acosada a través de su Telegram personal con diversos mensajes anónimos violentos y amenazas de muerte como "voy a por ti con un destornillador" o "estoy en tu ventana, voy a tu puerta".
La diputada de la formación morada decidió denunciar los hechos porque su acosador, además, aportaba a esos mensajes amenazantes sus datos personales, como la dirección de su domicilio, aumentando así el temor a que su acosador pudiera materializar las amenazas.
Los agentes de la Policía Nacional comenzaron un exhaustivo trabajo de ciberinteligencia que ha les ha llevado a desmantelar una estructura digital que se dedicaba al ciberacoso, la suplantación de identidad y la venta de información personal y bancaria de miles de ciudadanos. Detrás de todo estaba un menor de edad.
Los agentes de la Policía Nacional pudieron rastrear el origen de las comunicaciones hasta un entorno digital localizado en Alicante, donde se ha detenido a este ciberdelincuente que no ha cumplido todavía los 18 años. Desde su propia casa, este menor de edad realizaba todas sus acciones de doxxing, a través de la suplantación de identidad, para hacer públicos los datos personales de personajes públicos.
Especialista en ciberacoso
El arrestado era un consumado especialista en fomentar el acoso digital, siguiendo el camino que llevaron conocidos hackers, como el finlandés Julius Kivimäki, conocido como zeekill, que puso en jaque a las fuerzas de seguridad de Estados Unidos agracias al swatting, una técnica que hacía falsas denuncias policiales para mandar operativos armados (Swat) al domicilio de sus víctimas, gracias a la información personal robada que había conseguido con anterioridad.
Este menor tenía ese deseo de hostigamiento no solo contra personajes públicos, y llegaba a animar a otros usuarios a divulgar información de sus profesores o conocidos, para aumentar ese acoso digital.