Jóvenes... ¡éramos tan jóvenes...!

Los cientos de asesores que vegetan por las lúgubres estancias monclovitas, como en las covachuelas de Pérez Galdós en sus 'Episodios Nacionales', andan últimamente empeñados en tratar de alegrar la cara y empoderar el ánimo del presidente. Al fin y al cabo para eso les paga (perdón, les pagamos…), y la última ocurrencia generada por esa división de pseudoideas ingeniosas que puedan provocar rédito electoral y político al compungido presidente ha sido la de rejuvenecerlo para, de ese modo y por un lado, despertar el posible interés de las jóvenes generaciones por su figura y, por otro, a ver si así el "estadista" perdidamente enamorado por la in illo tempore avispada gerente de un buen puñado de prostíbulos, eleva un tanto su ánimo, porque en las últimas semanas no llegan más que marrones a palacio en forma de detenciones y nuevos y aún peores casos de corrupción…

Y, como todo ese aluvión de noticias que afectan a la línea de flotación del Gobierno hispano no deja de enturbiar sus aguas, a esa avanzadilla del ingenio, de la creatividad y del entusiasmo gubernamental se le ocurrió la brillante idea de que el "amado líder" se diese un garbeo por Radio 3, esa parte de la radio pública (todo lo que sea público le entusiasma al presi; no tanto lo que "se haga público", que eso le pone los pelos de punta), y de paso lucir palmito y buen gusto musical, porque eso le mola cantidad.

Lo que ya no le hace ni pizca de gracia es haber conocido que el PSOE ha perdido en los últimos meses hasta 8,5 puntos entre los menores de 30 tacos, así es que hay que hacer lo que sea para atraerlos nuevamente al redil. Mira que les hemos dado abonos transporte nacional y billetes gratuitos para viajar en Interrail, unas lechugas (bueno, mejor unos cuantos billetes de cien, que luego la gente asocia, y eso no nos conviene…), para que consuman cultura de la buena; les bajamos las exigencias en los currículos académicos, pero ni por esas… Nada, que no nos hacen ni puto caso… Y algo hay que hacer para despertar su progresismo en vena, y si hay que ir a Radio 3, pues se va.

¿Y qué mejor forma de resucitar en esas almas inocentes los valores de modernidad y cultura progresista que nos caracterizan? Y, si de paso, lanzamos con arte la caña de pescar en esos caladeros olvidados de votos juveniles, este país nos lo agradecerá nuevamente como un nuevo y decidido impulso de su concienciación política progresista. Pero no, cuando las cosas se ponen en contra, das una patada en el suelo y te crecen los enanos. ¡Pues no resulta que en lugar de hacer caso al "supremo líder", como sería su obligación, se me van en busca de Morante, punto y aparte…!, el libro de Rubén Amón sobre la figura del maestro Morante de la Puebla, ese que llaman artistazo del toreo, frente al que nada tiene que hacer Ernest Urtasun, el analfabeto funcional ministrillo de Cultura que anda por ahí gastándose los millones en una cosa que llama "Descolonización de los museos de América y Antropología" y que ni siquiera él sabe a ciencia cierta qué coño es eso…

Pero, volvamos al principio, y miremos con ojos indulgentes a ese paradigma de la modernidad y la progresía que es el presidente, vistámosle con una cazadora guay, una camisa casual con cuello mao (que es tanto como decir libre), y plantémoslo ante uno de nuestros apesebrados locutores de la radio pública para que todo el mundo vea lo moderno y lo marchoso que se nos pone cuando suenan Extremoduro o The Killers… Sí, ese grupito punk que él mismo fue a ver junto a Begoña en Castellón en el Falcon… Claro que eso no lo entiende muy bien la gente, porque no es capaz de comprender que su capacidad de trabajo debe dedicarla a las cosas de Estado, y que bien vale mover a unos cuantos escoltas, gastar alegremente en dietas del séquito presidencial unos cuantos cientos de miles de euros, al tiempo que repostar varios cientos de litros de queroseno y parar por unos momentos la infatigable lucha de nuestro amado líder en su cruzada por reducir la huella de CO2…

Aunque a lo mejor no es tan buena idea esta y vamos a tener que hacerle un canal de TikTok, que en eso de la propaganda en Moncloa somos unos maestros, y ahí sí que afinamos en lanzar mensajes progres… Ya hemos comprobado a lo largo de ocho años que no hace falta que digamos la verdad (¿qué es eso de la verdad? Todo es relativo. Nuestro presi no miente, simplemente cambia de opinión, y su lema es "yo busco la verdad, pero no la encuentro nunca en su sitio"). Así es que vamos a ponernos manos a la obra que, a este paso, no llegamos a 2027 ni borrachos de cava catalán, que los de Sumar y los de Junts se están poniendo muy dignos...