La caída a la mitad del superávit hasta mayo se debe a la desaceleración de la economía española, principalmente en el sector inmobiliario. Además, el alto precio del crudo está produciendo aumentos en los costes empresariales y, por tanto, una merma en sus beneficios.
Este resultado es consecuencia de unos pagos que se situaron en 57.629 millones de euros, con un aumento del 9,5%, mientras que los ingresos ascendieron a 60.351 millones de euros, lo que supone un descenso del 8,9%.
En términos de caja, que computa los ingresos y gastos que efectivamente se han realizado durante el periodo, el Estado alcanzó un superávit de 3.186 millones de euros, frente a los 11.220 millones del mismo periodo del año anterior, lo que supone una reducción del 71,6%.