¿Zapatero, guasón?

Se esperaba –y así fue- que Zapatero pusiera a funcionar la máquina de maracas en la apertura del 37 Congreso Federal del PSOE. Sabida es su megalomanía y otras cosas del personaje. Pero lo que nadie acertó a descubrir en todo este tiempo es que nuestro presidente es un auténtico bromista –de humor negro, sí, pero humor al fin y al cabo-. Así se puede interpretar su cortina de humo para obviar la crisis económica ante los mil delegados en el Congreso y su final guasón en su larguísimo –e inacabable- discurso de apertura congresual: "A trabajar, y también conviene que consumáis".

¿Qué ha querido decir el presidente del Gobierno con ese “conviene que consumáis”? ¿Es una broma de mal gusto? ¿Es una lección mal aprendida de sus dos cortas tardes de clases de economía con Jordi Sevilla? ¿Quiere expresar que la bajada en el consumo es la causa de la crisis que padecemos y no al revés, que es un efecto de la crisis? ¿O simplemente es que Zapatero se ha revelado como un perfecto artista del humor negro?

Cada vez es más evidente que Moncloa necesita un exorcista: todos sus inquilinos acaban poseídos.

Zapatero ha desgranado un discurso ante el Congreso Federal del PSOE al que le envidiaría el propio Silvio Berlusconi, aunque por razones inversas, como es de comprender. Ha echado auténticas cortinas de humo sobre la crisis económica, no ha hablado de ninguno de los problemas por los que atravesó en la anterior legislatura –recuérdese que se trataba de un análisis de la gestión de la Ejecutiva saliente desde julio de 2004 hasta ahora-, no ha avanzado en planes de futuro –salvo en aquellos que le reportan el aplauso fácil-, y nos ha dado una clase pesadísima –y puede que mal aprendida por el ponente- sobre los Congresos del Partido Socialista.

En definitiva, Zapatero nos ha hablado de ‘tradición’ –socialista, sí, pero tradición; otros hablan de la santa tradición, que ni es socialista ni es santa, pero que también es tradición-, nos ha ocultado los males de España, ha echado la culpa de todo a la derecha política y mediática y a los fácticos –se incluye a la Iglesia- y nos ha pedido que consumamos como locos en un país en donde ya no alcanzan las rentas ni para pagar la hipotéca.

Si no es un bromista, Zapatero es algo mucho peor.