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Sánchez aplica su manual de resistencia y aún puede revalidar la Moncloa

Pedro Sánchez, en Ferraz tras las elecciones del 23-J
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Pedro Sánchez, en Ferraz tras las elecciones del 23-J (Foto: PSOE)
lunes 24 de julio de 2023, 00:45h

El Partido Socialista ha burlado todas las encuestas. Ha pasado por encima de cualquier pronóstico y este 23-J ha salido reforzado en términos numéricos con respecto a las elecciones de 2019 pese a la victoria del PP: dos escaños más y una cosecha de un millón de votos extra. Pedro Sánchez se encomendó al 'Manual de resistencia' con el que bautizó su biografía al adelantar los comicios y ha salido vivo de la cita con las urnas, aunque su permanencia en la Moncloa se antoja complicada en un escenario de práctica ingobernabilidad. Las ecuaciones que revalidan su cargo incluyen la dependencia forzosa de las formaciones independentistas.

Ningún sondeo predecía que los socialistas pudieran sobrepasar los 120 diputados conseguidos hace cuatro años. Los más generosos vaticinaban este domingo 118. Cuatro menos de los 122 que ha amarrado la formación con sede en Ferraz. Una representación más nutrida que se asienta en el incremento del voto: con el 99 por ciento escrutado alcanzaban las 7.730.700 papeletas, frente a las 6.729.199 de los últimos comicios generales. Un crecimiento que aspira a no ser estéril ante los escasos 31 escaños del Sumar de una Yolanda Díaz que ha fallado en su parte y no ha dado el 'sorpasso' a Vox. La izquierda no suma, pese al aguante del PSOE, y las cuentas solo darían si 'tragan' con las condiciones que impongan nacionalistas vascos y catalanes.

"Convoqué las elecciones porque creía que teníamos que decidir como sociedad qué rumbo tomar: de avance o de retroceso como plantean los involucionistas del PP con Vox y España ha sido rotundamente clara: el bloque involucionista ha fracasado", ha lanzado Sánchez desde el balcón de Ferraz, acompañado por una eufórica María Jesús Montero. Mientras los congregados coreaban en la calle el "no pasarán", el líder del PSOE ha puesto en valor haber sacado "más votos, escaños y porcentaje que hace cuatro años", todo un "orgullo y responsabilidad" para quien encabeza la papeleta roja.

Corroborar si Pedro Sánchez erró al anticipar los comicios resulta complejo. Solo se podría conjeturar respecto a un hipotético descalabro o victoria en diciembre. La maniobra sí se ha revelado provechosa en el intento de reprimir, o al menos posponer, el "cambio de ciclo" que el Partido Popular proclamó al arrasar el pasado 28 de mayo. Por el momento, el presidente en funciones ha conseguido flotar en medio de lo que se adivinaba una marea azul que después se ha venido a menos.

A pesar de la derrota, el Partido Socialista ha contenido el empuje de una derecha que se agenció triunfos en importantes plazas en las pasadas elecciones municipales y regionales. Hace dos meses, los de Alberto Núñez Feijóo arrebataron a los socialistas los gobiernos de Aragón, Baleares, Comunidad Valenciana, Extremadura y La Rioja, así como 14 capitales de provincia, incluidas auténticos bastiones del PSOE como Sevilla o Valencia.

Supervivencia y negociación

Pedro Sánchez reaccionó a la incontestable victoria 'popular' con el imprevisto designio de convocar elecciones este 23-J. Buscaba recortar tiempo a un PP que podía armar un discurso antisanchista aún más potente sustentado en el golpe asestado en las autonomías. Evitar cuatro meses de consolidación de su líder y movilizar a la izquierda ante la reciente derrota y la amenaza de que Feijóo replicara en el Congreso de los Diputados los intuidos -y después materializados- pactos con Vox en los parlamentos regionales.

La táctica implicaba además un reto interno: silenciar las voces críticas de los barones socialistas que a la postre terminarían por estallar en el momento de montar las listas electorales. No podía permitirse la fracción de una formación que ya se ha partido en el pasado. La jugada salió regular, pues Javier Lambán (Aragón) y Emiliano García-Page (Castilla la Mancha)-uno de los escasos líderes socialistas que permanece en gobiernos regionales- no se presentaron al Comité Federal posterior a la imposición del cambio en las listas para el 23-J. Luis Tudanca (Castilla y León) y Ximo Puig (Comunidad Valenciana) tampoco callaron su malestar.

El presidente en funciones ha resistido la jornada electoral tras entrenar la superviviencia durante los cuatro años que ha compartido en coalición con Unidas Podemos. Ni siquiera la polémica ley del 'Solo sí es sí' dinamitó la sociedad, aunque esta sí se erosionó cuando el Partido Socialista enmendó el texto en comunión con el Partido Popular. Con todo, Pedro Sánchez indultó a Irene Montero hasta el final del mandato y el correctivo a la ministra se lo impuso a la postre Yolanda Díaz al vetarla en Sumar.

No fue esta la única tirantez de ambas formaciones, que en los últimos meses han chocado por la Ley Trans, con la exvicepresidenta Carmen Calvo absteniéndose en la votación en el Congreso, o con la política respecto a Marruecos y el Sáhara. Sin embargo, PSOE y Sumar sabrán aparcar divergencias para intentar seguir viéndose las caras en el Consejo de Minisitros. Los esfuerzos se concentrarán en ganar para su causa conjunta a fuerzas independentistas como Junts o EH Bildu. Tras comprobar su resistencia, Sánchez tendrá que vestirse ahora de negociador. Veremos si con la misma suerte.

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