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Redford: “con su presencia mejoró mi vida y la de este país (EE.UU.)”

Murió Paul Newman uno de los más grandes actores de todos los tiempos de Hollywood y gran activista social

Murió Paul Newman uno de los más grandes actores de todos los tiempos de Hollywood y gran activista social

domingo 28 de septiembre de 2008, 04:21h

Murió Paul Newman uno de los más grandes actores de todos los tiempos de Hollywood

Falleció Paul Newman uno de los más consistentes actores de la historia del cine, director y productor ganador de dos premios Oscar y Globo de Oro de la Hollywood Foreign Press. Su filmografía es extensa y no exenta de fallidos intentos, pero lo más, son grandes triunfos de taquilla, critica, con base a su talento y tesón. Su consagración definitiva como estrella de Hollywood se da en 1966 con su participación en una superproducción de cine negro que hace historia: Harper. Meryl Streep al conocer de su fallecimiento dijo: “su obra es absolutamente imborrable. Julia Roberts: “Era mi héroe”. Robert Redford: “se fue un gran amigo, con su presencia mejoró mi vida y la de éste país (Estados Unidos).

Nació en Shaker Heights, Ohio, 26 de enero de 1925 - Westport, Connecticut, Estados Unidos. Muere con su familia el 26 de septiembre de 2008 y será recordado como uno de los grandes interpretes en la historia del cine. Con mucho talento y atraído por la interpretación, Paul Newman inició su carrera al unirse a una compañía de teatro de Illinois, la "Woodstock Player's". Newman estudió interpretación en la prestigiosa Universidad de Yale y en el no menos mítico Actor's Studio de Lee Strasberg en Nueva York. Ahí coincidió con otras jóvenes promesas que hicieron nombre en el cine de Hollywood: James Dean, Steve McQueen, Lee Remick, Geraldine Page, etc. En 1953 debutó en Broadway con la obra de William Inge Picnic, que permaneció catorce meses puesta en escena.

Hijo de padre de origen judeo-alemán y madre católica con raíces húngaras, cursa sus estudios primeros estudios en "Malven Grammar School" y en "Shaker Heights School". En 1942 ingresa en el Kenyon College universitario y, al año siguiente, se alista en la Marina. En las bases de Okinawa y Guam cumplió el servicio militar entre 1943 y 1945. Tras servir en la marina de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, volvió a Kenyon, donde se graduó en Ciencias Económicas y formó parte del equipo de fútbol americano.

Tras varios papeles de extra, figurante esporádico y secundario con poco papel en varias series de la TV norteamericana ("Suspense" en 1949, "The web" en 1952), prueba suerte en el cine. Su primera película, The Silver Chalice ("El cáliz de plata" 1954) de Víctor Saville, cinta bíblica de lujosa producción y regulares resultados a nivel de crítica y público en su estreno donde compartía cartel con Pier Angeli o Virginia Mayo, ha sido descrita por el propio Newman como "la peor película de la década".

Su primer éxito le llegó dos años después con un film de enorme repercusión a nivel internacional: Marcado por el odio (1956) de Robert Wise, en la que encarnó al boxeador Rocky Graziano en un papel al que también optaba Steve McQueen, y brillaba con una interpretación bastante notable al lado de dos jovencísimos Pier Angeli y Sal Mineo. Ese mismo año, logra destacar en un film de ambiente judicial basado en una obra teatral que se apunta al éxito de Traidor en el infierno de Billy Wilder: se trata de la notable Traidor a su patria (de Arnold Laven, donde Newman trabaja con Walter Pidgeon y Wendell Corey en una trama de traiciones en el ámbito del espionaje militar.

En 1957 repite con el director Robert Wise en un melodrama criminal donde comparte cartel con dos bellísimas Joan Fontaine y Jean Simmons: se trata de Mujeres culpables, en su momento no estrenada en cines en Europa pese a su indudable atractivo; y también en ese año estrena la biografía musical de la cantante Helen Morgan (que luchó por salir del alcoholismo estando en la cumbre de su carrera) titulada Para ella un solo hombre (de Michael Curtiz), al lado de la recordada actriz Ann Blyth.

Tras esta cinta, Newman rueda cuatro films importantes que se estrenan en 1958: La gata sobre el tejado de zinc (de Richard Brooks), adaptación de la espléndida obra teatral de Tennessee Williams que marcó toda una época y que pone al actor en el "mapa" de la industria cinematográfica estadounidense por su impecable encarnación del atormentado hijo de un rico empresario enfermo, por su perfecta química en pantalla con una turbadora Elizabeth Taylor, y por no dejarse robar ningún plano frente a característicos del talento de Burl Ives o Jack Carson; El zurdo (de Arthur Penn), revisión desmitificadora del legendario Billy el niño que solo triunfó en Europa pero que hoy es considerada película de culto y donde el actor realiza una composición bastante acertada; El largo y cálido verano, drama sureño nuevamente basado en Tennessee Williams y de generoso presupuesto, donde Newman trabaja por primera vez con Martin Ritt -uno de sus directores favoritos y cómplice de buena parte de su carrera profesional- y con la bella Joanne Woodward (que acababa de ganar el Oscar a la mejor actriz dramática por una memorable interpretación de mujer con desdoblamiento de personalidad en el clásico Las tres caras de Eva (1957, de Nunnally Johnson), de la que se enamora, además de compartir secuencias con sólidos compañeros como Orson Welles, Tony Franciosa, Angela Lansbury y Lee Remick; y Un marido rico (de Leo McCarey, comedia fresca y agradable pero no muy redonda, no especialmente recordada hoy, a no ser por la presencia de una exuberante Joan Collins).

En 1959 estrena un melodrama convencional y poco visto pero digno de atención (La ciudad no es para mí, de Vincent Sherman), y al año siguiente vuelve a trabajar con Joanne Woodward en un melodrama de mayor relieve pero mediano éxito (Desde la terraza de Mark Robson, en el que ambos coinciden con Myrna Loy y Peter Lawford). No obstante, vuelve a dar en la diana cuando entra en el reparto de una de las superproducciones más costosas y famosas de la historia: la adaptación del best seller de Leon Uris Éxodo (1960) que produce y dirige el célebre cineasta Otto Preminger. Aunque tachada de sionísta por algunos, la cinta logra recrear en parte la realidad de la creación del Estado de Israel tras la 2ª Guerra Mundial, y cuenta con inolvidable reparto: Eva Marie Saint, Ralph Richardson, Sal Mineo,...

En 1961 parece dar un revés a la joven estrella, al estrenar dos cintas que pasan sin pena ni gloria: por un lado, la célebre pero en su momento algo incomprendida El buscavidas de Robert Rossen, una de las mejores muestras del llamado "cine de perdedores" en la que tanto Newman como Piper Laurie, George C. Scott y Jackie Gleason logran magistrales actuaciones; y por otro, su segundo film con Martin Ritt donde encarna a un joven músico de jazz que viaja a París con un compañero (Sidney Poitier) y ve actuar al mismísimo Louis Armstrong: Un día volveré, film de poca solidez narrativa y dramática pero que conserva cierto encanto.

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