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Tomás Gómez reclama una atención de calidad para todos los madrileños

Empapelan el coche de Güemes con carteles de 'Sanidad pública'

martes 30 de septiembre de 2008, 14:18h
"Sinvergüenza", "Sanidad pública" y "hospital público". El consejero de Sanidad, Juan José Güemes, tuvo que capear este martes el enésimo acto de protesta de los médicos, trabajadores y enfermeros de un hospital de Madrid.
Tras los abucheos en el Ramón y Cajal, el Hospital de Móstoles y el Severo Ochoa, esta vez fue el Gregorio Marañón donde Güemes tuvo que sortear a los manifestantes.
Representantes de los colectivos sanitarios y sindicales del centro recibieron al consejero con gritos, pitos y pancartas en su visita al Centro de Radiopatología, que ha atendido a más de 2.000 pacientes desde su creación.

A pesar de que los incidentes comienzan a convertirse en rutina cada vez que Güemes o Esperanza Aguirre visitan un hospital, esta vez no hubo ningún problema para que el responsable de la Sanidad madrileña entrase en el centro. Güemes restó importancia a las protestas y se limitó a realizar la visita acompañado del portavoz de Sanidad del grupo popular en la Asamblea, Francisco Javier Rodríguez. A su salida, eso sí, se encontró con su coche oficial empapelado de carteles reivindicativos. "Con el sueldo de los sindicalistas liberados haría un hospital nuevo", aseguró.

Los trabajadores concentrados, una treintena, reprocharon a Güemes que hace unos días presentase a los empresarios las "oportunidades de negocio" de los nuevos hospitales de Móstoles, Torrejón, Collado Villalba y Carabanchel, cuya gestión será íntegramente privada. Así, reclamaron al consejero que el Gregorio Marañón "siga siendo un hospital público" para dar el mejor servicio posible a los ciudadanos, "algo que una empresa privada no puede garantizar de ninguna forma".

Puestos sin garantía
Las protestas en el Gregorio Marañón no fueron las únicas de este jueves. Los trabajadores del Clínico San Carlos mantuvieron sus paros durante mañana y tarde contra "la destrucción de empleo público" que supondrá privatizar la gestión esos hospitales.

Según el Movimiento Asambleario de los Trabajadores de Sanidad (MATS), este modelo de Sanidad podría provocar la pérdida de 10.000 puestos de trabajos, por lo que aseguraron que no tolerarán "ni un sólo despido" en su Área sanitaria a causa de esta política o del recorte de gasto propuesto por la Consejería. La Dirección del centro no garantiza la renovación de los contratos sobre todo desde que recibieron la resolución de la Dirección General de Recursos Humanos del pasado 31 de julio.

Guerra de financiación
Para la Comunidad de Madrid, el de la Sanidad es un problema derivado de la falta de financiación por parte del Estado, más aún después de perder 418 millones correspondientes al adelanto de tesorería y de conocer que el Gobierno central ha decidido eliminar la figura de las entidades colaboradoras con la Sanidad.

Beteta aseguró el pasado martes que este nuevo "ataque" supondrá que 200.000 pacientes tengan que ser atendidos por el sistema público, lo que provocará más saturación y más listas de espera. Tomás Gómez, líder del PSOE, recalca en cambio que Esperanza Aguirre tiene la "obligación" de atender "con la mejor calidad" a los 6'5 millones de madrileños, en lugar de "esconder" de forma "demagógica" que hace tres meses recibió 1.000 millones de euros por parte del Estado correspondientes a la liquidación de 2006.
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