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La princesa Letizia y sus corrillos

lunes 13 de octubre de 2008, 17:48h
Voy a escribir uno de esos artículos que tanto molestan a los contrarios de Letizia y que tanto irritan a sus detractores. Ya estoy preparada para que me lleguen comentarios de que soy una periodista pelota y antes de que me lo digan ya lo corroboro yo: sí, soy una pelota ¿qué pasa? Nadie es perfecto. Pero es que a mí me encanta Letizia. No lo puedo disimular. Me cae bien, me parece lista, muy lista, trabajadora y que sabe muy bien cómo hacer su trabajo que no es más que el de estar al lado del príncipe y dar herederos (que ya lo ha hecho).
Ayer fue la recepción en el palacio Real que generó cierta polémica por el tema de los periodistas acreditados. Al final, como siempre, más revuelo que nada porque todos los periodistas han hablado esta mañana en las teles, lo han contado en sus blogs, en sus columnas… Era la primera vez que se veía a Letizia en un acto oficial desde que se hizo su arreglo nasal y todos estaban expectantes para ver de cerca el resultado. No sólo eso, sino que también querían comprobar si es verdad o no que se ha arreglado más cosas.

Yo no he estado en la recepción por lo tanto no he visto su cara de cerca, luego no tengo ni idea de si se ha hecho retoques o no. Tampoco viendo fotos me entero, lo mío no es la estética (mi manicura consiste en morderme las uñas) así que no puedo opinar sobre este tema. Lo que sí he oído a colegas es contar cómo la propia princesa se toma a broma que todo el mundo diga de qué se ha operado cuando lo único que parece que está claro es que se ha operado la nariz. En cualquier caso, no me parece un tema tan apasionante como algunos quieren hacer ver. Parece que Letizia sí hizo corrillos con sus antiguas compañeras de profesión: con Rosa Villacastín, con Concha García Campoy y, según ellas mismas han contado, Letizia no parece estar muy preocupada por el tema. Lógico y normal.

Lo que sí parece claro es que los que no la pueden ver ni en pintura hacen y dicen contra ella barbaridades aunque no las puedan demostrar. Que si prohíbe los móviles en la guardería de su hija, que si es muy mandona, que si se opera, que si esto, que si lo otro. Total, auténticos debates de Estado. No vienen mal, la verdad. Mientras hablemos de esto nos olvidaremos un poco de la bolsa, del euríbor y de los tipos de interés. Por cierto, hablando de tipos de interés, si alguien conoce a alguno, por favor, que me lo envíe a la redacción. Pago yo los portes.
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