El dúo Spastor inauguró la cuarta jornada de Pasarela Cibeles con una colección en la que mostraron su madurez en el mundo de la moda, en el que presentan unas propuestas enteramente masculinas. Iluminados por focos y desde las alturas de una pasarela que situaron a un metro del suelo, los diseñadores Sergio Pastor e Ismael Alcaina, artífices de la firma Spastor, mostraron una colección madura en la que las distintas modalidades de abrigo y los toques de color en gris y en beige rompieron con el habitual negro total de sus colecciones.
Los acolchados de sus abrigos-chaleco que se ciñen con finos cinturones, las trencas, parcas, tres cuartos o plumíferos, muchos de ellos con grandes capuchas, y los jerseys de lana gorda con grandes ochos, se acercaban en sus formas y en sus detalles a la estética femenina. Grandes aplicaciones de azabache, en bolsos/mochilas, camisas o ropa de abrigo, plumas y pieles enriquecieron unas propuestas con las que el dúo volvió a gustar en Cibeles.Grandes ponchos-manta acolchados para abrigar el cuerpo del hombre que se viste con tejidos clásicos pero con formas modernas, atrevidas, pero elegantes, como lanas, punto grueso, rasos y algodones.
Andrés Sardá
Por su parte, Andrés Sardá recreó la lujosa vida de una gran estrella de cabaret, desde las bambalinas hasta la alfombra roja pasando por el camerino y el propio espectáculo, en una rica colección de lencería. El mundo intimista y sensual de las glamourosas cabareteras se trasladó a Cibeles de la mano del diseñador catalán que, para la próxima temporada, hace una firme apuesta por el corsé, no sólo como prenda interior sino también para lucir a modo de top.
Plumas de avestruz y cristales de Swarovski dieron la nota sublime a una colección de máxima elegancia en la que sedas y puntillas se combinaron con bordados de pedrería y delicados encajes de Chantilly en prendas de lencería sofisticadas y sensuales propias de un mundo de glamour y lujo. Los tonos utilizados por Sardá son los rosas empolvados, tierra, negros, rojos y malvas luminosos, que culminan en un juego de contrastes a la hora de salir a escena.