Batasuna, en página par

Normalmente, el hecho de que Arnaldo Otegi se lanzase a presumir de que Batasuna, la ilegalizada formación independentista que nunca condena a ETA, concurrirá a las elecciones municipales de mayo con una ‘gran marca electoral’ hubiese provocado enormes titulares en la prensa. El inicio del ‘juicio del siglo’ por el 11-M relegó a lo que los periodistas llamamos ‘página par’ esta información, que tiene muchos ángulos e indudables connotaciones. Negativas muchas. Positivas, alguna.

La primera connotación, la indudable altivez con la que Otegi asegura que la coalición abertzale va a concurrir, por una cierta puerta falsa, a las elecciones. La segunda, que nadie rechace tajantemente esta posibilidad. La tercera, que la irrupción de Otegi ante los medios -siempre con comunicados, casi siempre sin preguntas- coincidió con el ‘patinazo’ del eurodiputado Luis Yánez, sugiriendo que Batasuna deje de figurar en la lista europea de organizaciones terroristas; menos mal que pronto rectificó -se le entendió mal, dijo- y el ministro Rubalcaba lo desautorizó. Esa petición, hecha por un socialista tan connotado como Yánez, hubiese provocado un enorme escándalo en la ciudadanía, harta ya de ‘kale borroka’ y de que los compañeros de Otegi jamás condenen esos actos de violencia.

Pero ahí está, sobre la mesa, candente, el gran tema: ¿se presentará, con el nombre que fuere -‘Izquierda Abertzale’, anunció Otegi-, Batasuna a las elecciones? ¿Debe hacerlo, puede? ¿Lo intentarán impedir los jueces, el Gobierno central, el Gobierno autonómico de Ibarretxe? ¿Será cierto que podría producirse alguna declaración de tribunales europeos a favor de que Batasuna pueda concurrir a los comicios? Preguntas todas estas que, lógicamente, van a repetirse no poco en los próximos días.

Confieso no tener todas las respuestas a esas preguntas. Solamente opiniones. Pero apuesto algo a que, de una u otra forma, habrá candidatos de Batasuna en las listas a los ayuntamientos. Y lo más probable es que el Gobierno mire hacia otro lado. Puede que no haya otro remedio, quién sabe. Pero lo menos que puede exigirse al nuevamente locuaz Otegi es que rechace de manera terminante toda forma de violencia, y expresamente la que ejerce la banda terrorista ETA. Luego, quizá pudiese discutirse una cierta flexibilidad a la hora de admitir candidatos ‘batasunos’ en las listas electorales, se llamen como se llamen esas candidaturas.

Claro que esta importante cuestión debería ser objeto de un acuerdo previo entre las dos mayores formaciones políticas nacionales. Pero ya saben ustedes, aunque eso también haya sido objeto de página par, que nuevamente ha fracasado la reunión entre PSOE y PP para desenterrar del olvido el pacto antiterrorista. Una mala noticia, qué duda cabe.