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La protección del menor víctima de malos tratos

viernes 16 de febrero de 2007, 15:13h

Un hecho dramático en Cataluña, el caso de Alba, una pequeña hija de una pareja formada por un padre que tras regresar de Suiza y sin haberse divorciado se unió sentimentalmente con la madre de Alba, al poco tiempo se separaron y se inició una recurrente lucha, al punto de quedar en Sabadell ambos progenitores para entregar la madre a Alba al padre que reside en Ontiñena (Huesca) y regresar a Barcelona donde vive con otra pareja. El traspaso no llegó a realizarse.

Véase los conflictos de adultos, la inmadurez de conductas, la irresponsabilidad y el egoísmo (casuística no escasa en nuestra sociedad) y el riesgo manifiesto para la pequeña. El 24 de Diciembre de 2005 la niña ingresó con fractura de brazo y hematomas por todo el cuerpo, la madre acusó al padre biológico, además de incluir la agresión sexual en su denuncia. ¿Decía la verdad, o estamos ante un agravado síndrome de alineación parental (también muy generalizado en nuestro entorno), por el que uno de los progenitores (mayoritariamente madres), interponen denuncias falsas para impedir el régimen de visitas del otro progenitor (con el dolor incalculable que conlleva en dicho adulto e inducción bastarda de odio y rencor injusto en un niño que nada entiende)

El caso es que el juez no debió posiblemente considerar urgente la investigación y remitió ¡por correo! el oficio a los Mossos, algo debía estar mal escrito pues dicho documento tardó en llegar 17 días. En esas estábamos cuando los Mossos entendieron que por la demarcación el tema era competencia de la Policía Nacional. En conclusión más de un mes para que las Fuerzas de Seguridad detuvieran al padre biológico pues era el denunciado por la madre.

Después los malos tratos se han repetido y en esta ocasión han puesto entre la vida y la muerta a Alba. Por estos hechos el juez ha imputado un delito de asesinato en grado de tentativa a la madre (que está en prisión provisional) y al padrastro que ingresó en prisión.

¡Cuánta lentitud! Escribió Gabriela Mistral “Nuestro peor crimen es el abandono del niño, la fuente de vida... A él no le podemos decir –mañana-, su nombre es –hoy-”.
 Claro que ha habido graves errores en la administración que habrán de depurarse ya sea en la específicamente encargada de la Protección de la Infancia, ya en la Judicial. Hay que utilizar el Fax, a los propios Agentes Judiciales a los miembros de las Fuerzas de Seguridad, para notificar, para investigar.

Hay que ser proactivos, los niños no pueden defenderse. Hay que saber que los niños no mienten, no fantasean, no inventan (sí pueden ser inducidos a mentir). Hay que saber que los malos tratos existen, en alto número, cotidianamente, pero sólo aparecen ante un hecho dramático, cuando los medios de comunicación entienden que es noticia, entonces quedan expectantes y sacan a la luz durante unos días otros malos tratos, en otras regiones y el tema cuando se entiende que satura, da paso a otros sucesos hasta la próxima vez, pero día a día los malos tratos continuan. 

El infanticidio existe, el “lo estrellaría” es llevado a efecto también,  el síndrome de Munchaüsen es cierto. Las madres también son en algunos casos maltratadoras. Por cierto que no son pocos los padrastros maltratadores, quizás por celos retroactivos. El niño que aporta la compañera le recuerda al ex de esta.
 También hay que interpretar como un maltrato a los niños la violencia física o psíquica ante el mismo de un progenitor sobre el otro (normalmente el agresor es el varón) recogido así por la Ley.

En el caso de Alba y si no se diluyen responsabilidades los culpables pueden ser castigados con pena de prisión de quince a veinte años (Artículo 139 del Código Penal).  Bien está que así sea, pero lo importante es ser proactivo. Ahora que se nos llena la boca del término protocolo de actuación que se lleve a efecto con inmediatez.  Cataluña tiene responsabilidad sobre más de 6.600 niños tutelados y la ejerce magníficamente, con buenos profesionales y costosos medios. En este caso algo ha fallado, quizás todo.

Que Alba salga adelante, cure sus heridas físicas, sea tratada y acompañada durante mucho tiempo por un psicólogo clínico que le ayude a superar el seguro estrés post-traumático y que viva y crezca con alguien que de verdad le quiera, ya sea del círculo más próximo, de la familia extensa, o de tantas y tantas familias de bien dispuestas a acoger o adoptar.

Javier Urra es Psicólogo Forense de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia
y Patrono de UNICEF

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