El Salvador comienza a 'blindarse' ante la inminente Cumbre

La Feria Internacional, como era llamada anteriormente, incluirá en sus instalaciones un salón de plenarias, un centro de prensa, una sala de conferencias, una exposición de artesanías, y para su inauguración (de la Cumbre) en el Anfiteatro de la Feria se contará con circuito cerrado, pantallas gigantes, cobertura total en medios televisivos, radiales y escritos. Asimismo, el Estado Mayor Presidencial anunció que 2.000 efectivos, entre policías y militares, estarán salvaguardando la tranquilidad en un amplio perímetro que incluye avenidas y calles de gran circulación alrededor de la Feria Internacional. Avenidas y calles que serán cerradas total o parcialmente durante los días de la Cumbre. Miembros del Batallón Presidencial, del Estado Mayor Conjunto de la Fuerza Armada, se encargarán de la seguridad de los mandatarios y jefes de Estado en este país sede, conocido internacionalmente por su problema de delincuencia juvenil: pandillas o maras, que ahora se están convirtiendo en crimen organizado.

La Feria, como conoce un nacional común a este recinto, tiene una organización para la Cumbre que lleva mucho tiempo de planificación; casi desde el fin de la cumbre pasada realizada en Chile. Definitivamente es un evento que cobra considerable importancia para el pulgarcito de América, incluso de proyección turística.


Juventud y Desarrollo

Ante tal magno evento, cuyo nombre a simple vista asombra a cualquiera: XVIII Cumbre Iberoamericana de El Salvador; se puede pensar fácilmente que alguna cima o cúspide salvadora está por venir. Sobre todo en estos difíciles momentos en los que cruza Ibero América, acrecentados además por el gigante de América (Estados Unidos) que nada tiene que ver en esta Cumbre, al menos aparentemente.

Pero estos pensamientos entraron en duda cuando transitaba yo en la avenida ubicada frente al recinto, llamada curiosamente La Revolución. Me encontraba un poco agobiado por el lío que se podría armar en los días de la Cumbre con el cierre de calles y avenidas aledañas, en una ciudad que de por sí ya tiene un caos encantador. Situación que encontramos en cualquier país de Latinoamérica, la verdad. Es normal. Entonces no, mi agobio real (o el que se sumaba) era porque acababa de ver en un canal nacional la noticia de una niña de 12 años que había dado a luz un bebé. El padre de la criatura recién nacida era un hombre de 47 años de edad, si mal no recuerdo, quien juró que nada había sucedido sin el consentimiento de la niña, con quien tenía un “noviazgo” aprobado y avalado por la misma madre de la preadolescente. Embarazo precoz, muy pero muy precoz. Gente de escasos recursos, de muy escasos recursos. Historia común en El Salvador, muy común. Así como en toda Latinoamérica, me atrevo a decir.

Ante cierta tensión de parte del Gobierno salvadoreño para que esta Cumbre sea la puerta de entrada a la confiabilidad en el país para invertir, el turismo, la seguridad y la confianza internacional (por supuesto, también para los asuntos que atañen al tema central del encuentro); ante cierta aprensión de parte de Zapatero, el Rey y la delegación de España para que no se repita un suceso parecido al del año pasado en Chile; ante las reservas de la Iglesia Oficial del pequeño país de Centroamérica por la declaración final (y firmada) que se debería tomar luego de la Cumbre; ante la llamativa de asociaciones feministas para considerar persona “non grata” a Daniel Ortega por atentados de carácter repudiables a una mujer; ante la acción proclamadora de Unidades Juveniles de El Salvador que van contra la visión del Estado y de la Iglesia en cuanto a sus derechos y su voz; ante toda esta escaramuza, yo me quedo con la respuesta (o cuestionamiento) de un joven no mayor de 16 años que me encontré vendiendo en los semáforos de la Avenida La Revolución: “Mire usted, no sé de qué cumbre me pregunta, pero esto le voy a decir, aquí no importa quién gane las elecciones, igual uno tiene que trabajar para comer, gane quien gane. Y si hay una cumbre o como se llame, mejor, así vendo más”.

Aparte del desconocimiento total de los temas fundamentales de Ibero América, él no sabía que, además, en esos días no iba a poder vender en esa zona. Estará restringida sólo a personas acreditadas para la Cumbre.



De los 15 a los 29 años de edad, un 43.8% de la juventud salvadoreña vive en pobreza. 14.8% de ellos viven en la indigencia, por si se quería más. Esto según datos del 2006 utilizados en el II Informe Iberoamericano de Juventud, realizado por la Organización Iberoamericana de la Juventud (OIJ), y con lo cual convertimos al país sede en una de las 10 naciones de Ibero América en donde la pobreza e indigencia (y muchísimos más temas) de los jóvenes superan el promedio regional. Yo no quisiera saber aún los datos del 2008, declarado además como el Año Iberoamericano de la Juventud por parte de la misma OIJ. Dicho Informe se presentará de manera oficial a los jefes y gobernantes que asistirán a la XVIII Cumbre Iberoamericana.

A propósito, XVIII ó 18, es el nombre de una de las principales pandillas (o maras) juveniles de delincuencia que más aterra a la región centroamericana, norteamericana y, según fuentes no oficiales, también se encuentra en España.

¿Qué se podrá esperar de esta Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno cuyo tema central será Juventud y Desarrollo?

Esperemos.