Aunque esta crisis se caracteriza fundamentalmente por su afección en los sistemas financieros internacionales, lo cierto es que la población general también se ve afectada, todos sabemos de la presión que está ejerciendo en las economías domésticas la subida de gasolinas, del euribor y los precios de alimentos y servicios básicos; pero, sin duda, lo más grave para una familia es la pérdida de un empleo, y en nuestro país llevamos meses sucesivos destruyendo empleo.
Desde diciembre de 2007 hasta ahora, en el INEM hay 495.821 parados registrados más; la Encuesta de Población Activa correspondiente al segundo trimestre del año también muestra un incremento en el número de parados de 453.900 personas; y el número de trabajadores afiliados a la Seguridad Social ha descendido, entre diciembre y septiembre, en 358.453 personas.
El Gobierno ha tomado ya las primeras medidas de atención al sistema bancario, a lo que hay que sumar el ligero descenso del euribor y del petróleo que se espera pronto repercuta en las familias, junto con la anunciada rebaja de tarifas de gas para al próximo mes de enero.
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