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Urra y Calatayud, contra la impunidad de los menores

jueves 23 de octubre de 2008, 11:48h
El psicólogo de la Fiscalía de Menores y primer Defensor del Menor, Javier Urra, y el juez de Menores de Granada Emilio Calatayud, famoso por sus 'sentencias ejemplares', que acaba de recoger en un libro, defendieron este miércoles la Ley del Menor, "muy criticada y mejorable, pero una buena ley", y aseguraron que, en contra de lo que se cree, los menores "no quedan impunes cuando cometen un delito".
"Si yo fuera joven hoy día, no sería juez, y menos de menores. Si es que solo hace falta salir a la calle para cometer un delito". Así habla uno de los magistrados más famosos del país, Emilio Calatayud, que lleva, como Javier Urra, veinte años trabajando en el ámbito de los menores. A estas alturas, ambos se definen como dos "supervivientes" del 'sector', convencidos de que "la juventud no está tan mal", pero también de que hay que trabajar más la cultura del esfuerzo y de los deberes, y de que ninguna tropelía debe quedar sin su castigo.

Para Urra, autor del libro '¿Qué ocultan nuestros hijos?', esto, en realidad, "no ocurre". "Lo que pasa es que entre el momento de la comisión del delito y el juicio pasa un tiempo, y eso hace que la gente se quede con la sensación de que los jóvenes no pagan por sus delitos", añade. Calatayud, en su papel de magistrado, acostumbra a aplicar en sus sentencias el "sentido común". Es decir: aunque pueda parecer extraño obligar a un menor que ha cometido un delito a aprender a leer y a escribir, o a un adolescente inmigrante a aprender castellano, "¿cómo voy a reinsertarlos si nunca han estado insertados? Además, hay menores que cometen delitos y no son delincuentes", asegura.

Urra explicó que la actual Ley del Menor "es una buena ley y ha sido criticada, sobre todo, por quienes no la han leído", aunque admitió que, a pesar de haber defendido en su día que la edad penal se sitúe en los 14 años, ahora "tiene sus dudas". Calatayud, por su parte, defendió los 12 años, algo que ahora sigue siendo objeto de debate. En cualquier caso, señalaron, en torno al 80 por ciento de los menores sujetos a medidas judiciales no reinciden, aunque sí es cierto que un pequeño número de ellos cometen un número importante de delitos. "A ellos les impongo medidas más largas", dice Calatayud.

Caso aparte es el de los menores no acompañados, con quienes el sistema de protección social se muestra "más débil". "A veces, para insertarlos, es mejor privarlos de libertad. Y saben que así van a tener mejores oportunidades, y no son tontos, suelen aprovecharlas", añadió.

De visita, al juzgado

Para Urra y Calatayud, si algo falla hoy en día, es la educación. Por eso, desde sus papeles de psicólogo de la Fiscalía y de juez, también tratan de educar. A los padres, a los menores, a la sociedad en general. Calatayud, por ejemplo, hizo que los alumnos de los colegios granadinos organizaran visitas a los juicios de menores, y no solo para verlos: "¿Qué hacemos con este?", les preguntaba el juez. Y, sorpresa, "son duros, casi más duros que la propia ley".
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