El presunto autor material de los atentados del 11-M Jamal Zougam, declaró este lunes en la tercera sesión del juicio por estos hechos que vive en España desde 1989 y que considera que este es como su propio país. "Aquí vivo, trabajo y como, no puedo considerar un país donde vivo como un país para practicar la "yihad", indicó Zougam, quien condenó "rotundamente" lo ocurrido en los trenes.
A preguntas de su abogado, José Luis Abascal, Zougam afirmó que no está de acuerdo "con este ni con ningún atentado que acabe con la vida de gente inocente por motivos religiosos políticos".
También a preguntas de Abascal, el marroquí Jamal Zougam negó que pertenezca a Al Qaeda, a ETA, a las Brigadas de la Muerte, a Ansar el Islam, al GRAPO, al Grupo Islamista Combatiente Marroquí (GICM) o que tenga relación con ningún grupo terrorista.
Durante el interrogatorio al que le sometió su defensor, Zougam relató que la policía trató en dos ocasiones, en el año 2001, que él fuera su confidente para hablar sobre posibles radicales islamistas en el barrio de Lavapiés, una oferta que él declinó. Añadió que, cuando fue detenido el 13 de marzo, el policía que le dio la tarjeta vino a verle a la comisaría y le dijo: "Si hubieras colaborado con nosotros, no te habría pasado esto".
Preguntado por el presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, sobre la razón de que no hubiera relatado antes esta circunstancia, ni a los policías que le detuvieron ni al juez instructor, Juan del Olmo, Zougam explicó que fue porque sus abogados no le ayudaban ni le visitaban en prisión, y él tenía miedo de que pudiera haber represalias si hablaba de este asunto.
El 11 de marzo
Zougam relató ante la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia Nacional que el 11 de marzo de 2004 se levantó pasadas las diez de la mañana y vio los atentados por televisión mientras desayunaba. Entonces llamó a su hermano para preguntarle cómo estaba el tráfico, y bajó en coche desde La Elipa, donde vive, hasta Embajadores, para llegar hasta su tienda, en el barrio de Lavapiés, evitando la estación de Atocha.
Un día después de los atentados fue a trabajar con normalidad, no varió nada su rutina habitual. Lo del artefacto explosivo trasladado a la mochila de Vallecas lo conoció por los medios de comunicación, y el 13 de marzo fue detenido por la Policía.
Sobre los 7.500 euros hallados en su casa, señaló que se encontraban en la habitación de su madre, que es quien administra el dinero de la familia. La citada cantidad era fruto de su trabajo y el de su hermano, y ya le ha sido devuelto a éste por parte del secretario del juez instructor Juan del Olmo.
Negocio
En cuanto a su negocio de telefonía de la calle Tribulete de Madrid, señaló que lo regentan él y otros dos socios, y es uno de ellos, Mohamed Bakali, quien se encarga de gestionar las tarjetas telefónicas y reponerlas cuando se acaba esta mercancía. Por esta razón, dijo Zougam, él no pudo facilitar a nadie tarjetas para la fabricación de las bombas que estallaron en los trenes.
Afirmó que no conoce a Momamed Afalah (presunto implicado que podría haber muerto en un atentado suicida en Irak), y si en su tarjeta figura una llamada a esta persona es porque le dejó su teléfono a un compatriota, que necesitaba encontrar un albañil para una obra.
Disculpas a la fiscal
Igualmente, dijo que nunca ha tenido ningún problema legal en Marruecos, y negó haber estado nunca en el piso de la calle Carmen Martín Gaite de Leganés (Madrid), donde se suicidaron siete de los presuntos autores de los atentados, y que tampoco conoce la finca de Morata de Tajuña (Madrid) donde, según la investigación, se fabricaron las bombas.
En este punto, explicó que si había sonreído cuando el pasado viernes fue cuestionado sobre Morata por la fiscal, Olga Sánchez, fue porque esta cuestión le sorprendió, y se disculpó por ello.
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