Dejan en libertad a 9 jefes de la Marina procesados

La justicia chilena decretó hoy la libertad provisional de nueve oficiales retirados de la Marina procesados por la muerte del sacerdote británico Miguel Woodward, ocurrida tras ser torturado en el buque Escuela Esmeralda en 1973, en la dictadura de Augusto Pinochet.

El fallo de una Corte de Apelaciones liberó a Víctor Valverde, Cristian Silva, José Yánez y José García y también confirmó la medida para Claudio Cerezo, Carlos Miño, Héctor Palomino, Alfredo Mondaca y Luis Holley, a quienes se les había otorgado el beneficio de la excarcelación en un dictamen de primera instancia.

El abogado Andrés Tavolari, defensor del capitán de navío en retiro Luis Holley, señaló su satisfacción con la decisión, puesto que lo resuelto se encontraba "entre lo esperado". "Lo esperábamos porque estas personas sólo están sometidas a proceso, acá no se ha entrado al fondo de los hechos, acá lo importante era que la Corte de Apelaciones les entregara la libertad conforme a este hecho", precisó.

Para dictar su fallo, la Corte tomó en consideración que los procesados no representan un peligro para la sociedad y la inexistencia de diligencias pendientes en la causa.

Tras enterarse de la resolución, un grupo de unos 35 efectivos retirados de la Marina en retiro la celebró entonando la estrofa del himno nacional referida a los "valientes soldados", que se cantaba durante la dictadura de Pinochet (1973-1990).

En tanto, familiares y amigos del religioso desaparecido, abandonaron tranquilamente el tribunal, sin que se registrasen enfrentamientos entre ambos grupos.

Fred Bennetts, cuñado del asesinado sacerdote inglés, indicó que la decisión judicial, pese a que no les agrada, está dentro de la lógica, ya que para mantener en prisión a los procesados debía acreditarse que actualmente son un peligro para la seguridad de la sociedad.

El pasado 23 de septiembre, una jueza procesó a 13 militares retirados de la Marina, cuatro de ellos oficiales, por su presunta participación en la detención del sacerdote Woodward antes de ser muerto y hecho desaparecer en 1973.

La resolución, que consideró a los marinos coautores del delito de secuestro calificado, fue adoptada por la jueza María Eliana Quezada, de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, que además ordenó su detención preventiva.

Los acusados, que se suman a otros seis oficiales procesados en abril por Quezada, eran infantes de marina que participaron en la detención de Woodward el 16 de septiembre de 1973 en su casa.

De acuerdo con la resolución, el sacerdote, que realizaba labores sociales en los barrios pobres de Valparaíso, fue torturado en varios centros oficiales y, tras fallecer, se le sepultó en un cementerio del cerro Playa Ancha en una fosa sin nombre y jamás ha sido encontrado.