jueves 06 de noviembre de 2008, 20:37h
La ministra fue recibida en el mundillo militar con expectación, pero que con fidelidad. Ha sabido mandar y la renovación total de la cúpula militar fue un gesto de autoridad, que sirvió de aviso para navegantes. Su apuesta por las tropas en el extranjero también fue destacable y lo es hoy en relación con el problema de Somalia.
Pero aún se tiene que enfrentar a la Ley de Derecho y Deberes de loa militares, que va siendo urgente y que la institución demanda para acabar con el fantasma de la sindicación. Hace falta también un control más severo a los servicios de inteligencia militares que continúan vigilando actitudes políticas de militares y que, incluso, amenazan con “sutileza” a quienes escriben sobre temas “delicados". En general su gestión es satisfactoria y si no fuera porque no es costumbre por aquí como lo es en América, nuestros militares, en primer tiempo del saludo, seguirían diciendo: “Señora, sí, señora”.