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Réquiem por el Avenida. Hace diez años volvió a ser teatro

viernes 07 de noviembre de 2008, 18:47h
Poco más de ochenta años ha permanecido el teatro-cine Avenida como tal. Las obras que se realizan desde hace meses en el edificio de la Gran Vía lo están transformando en un gran almacén de prendas de vestir. No por anunciada su desaparición es menos triste. Abrió las puertas el 29 de febrero de 1928, cuando Madrid todavía lloraba la muerte de María Guerrero.
Entonces su dirección era avenida Pi y Margall, 15. Los hermanos Vicente, Enrique y Ramón Patuel fueron los promotores. Una familia largamente dedicada al mundo del espectáculo, uno de cuyos descendientes –Ramón Madurga- sigue al frente del Teatro Nuevo Apolo, el primitivo Progreso.

El Avenida, que proyectó el arquitecto Quadra Salcedo, se inauguró como sala de espectáculos con capacidad para 1850 espectadores, ubicados en platea y anfiteatro. Sorprendió la espléndida decoración que incluía, en la fachada, mármoles de Ontuna y vidriera de la firma Vidrieras Artísticas de Bilbao. No había cartelones en la fachada, sólo el rótulo coronando la misma.

En la velada inaugural participaron grandes estrellas: Concha Piquer, Pastora Imperio, Custodia Romero (La Venus de Bronce) y Luis Esteso, el padre de Luisita. Su historia como teatro fue corta, ya que casi siempre se dedicó al cine, como las grandes salas de esta avenida. En 1931 se eliminó su escenario original.

Hace ahora diez años, el 10 de diciembre de 1998, el empresario Enrique Cornejo, cuando ya la gran sala había sido dividida en dos, intentó recuperar una de ellas para el teatro. Habilitó la superior con un escenario que permitía pocas alegrías y alardes técnicos y estreno tres espectáculos: Pop corn, 1999; Chicago, 1999 y La tienda de los horrores, 2000. Como el público no respondió, volvió el cine hasta hace unos meses.

El pleno del Ayuntamiento de Madrid autorizó el 31 de enero de 2007 el cambio de uso de este edificio, ante la protesta de los defensores de los grandes locales de la Gran Vía. No hubo marcha atrás. Tras esta decisión municipal, el cine permaneció abierto unas semanas más. La primera semana del mes de junio de 2007 cerró definitivamente las puertas tras las proyecciones de las películas Tú la letra y yo la música y Premonitión. Dentro de  pocas semanas el edificio abrirá las puertas. Confiamos en que conserve el espléndido vestíbulo y las hermosas escaleras, vestigio de su magnificencia original.

A su lado el Palacio de la Música espera la transformación en sala de conciertos. ¡Que nosotros lo veamos!
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