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Zapatero viaja a Washington, agradece a Bush y habla con Obama

Zapatero viaja a Washington, agradece a Bush y habla con Obama

sábado 08 de noviembre de 2008, 18:00h
La noticia de que finalmente podrá acudir y participar en la Cumbre del G-20 del día 15 en Washington, es satisfactoria para el inquilino de la Moncloa por distintas razones: primera y principal, porque finalmente se complace este deseo por el que Zapatero había venido peleándose en los dos últimos meses de manera infatigable, y a juicio de muchos, hasta "pasarse"... Finalmente, la insistencia, tozudez, perseverancia y buena argumentación, posiblemente también la amistad de Sarkozy y de Brown, todo ello ha conseguido el milagro de que España esté entre los países que están invitados a discutir y, en su caso, aprobar las nuevas normas por las que habrán de regirse la Economía y las Finanzas internacionales del futuro.

   La revisión del sistema capitalista, en suma, que verá la luz en los próximos días en la capital estadounidense en el interregno de los presidentes Bush y Obama. Y ésa es la segunda medida de satisfacción de Zapatero, que no perdía ocasión de mencionar al dar cuenta de su alegría: "Quiero mostrar mi agradecimiento por la actitud del presidente francés y por parte del presidente de EEUU". No solamente tiene el beneplácito de Sarkozy, sino sobre todo, y posiblemente antes que nadie, el de Bush, que es quien invita y es el anfitrión de la Cumbre de Washington de la semana que viene.

   Finalmente, el ya presidente saliente Bush ha dado su autorización por la razón que expresaba este viernes el presidente francés Sarkozy: Porque España es, sin duda, una de las primeras potencias industriales del mundo. De manera que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se ha visto en la necesidad de modificar el discurso de los últimos años respecto a George Bush, después de que se haya confirmado que España acudirá a la cumbre del G-20. "Han sabido reconocer la realidad de España y, lo más importante, han sabido comportarse como amigos", dijo en esta comparecencia de este sábado, en la que el presidente reiteró las dificultades que se han tenido que superar para lograr un hueco en la cumbre del 15-N en Washington. "Era un objetivo no fácil de conseguir, pero un objetivo en el que merecía la pena empeñarse por ser una ocasión crucial para el futuro del país y de los españoles", explicó Zapatero, que no ha querido colgarse una medalla personal: "Me importa que el reconocimiento sea para España".

   Y preguntado por si su asistencia a la 'cumbre de la crisis' se hará extensible en el futuro, el presidente ha insistido en que el objetivo del Gobierno será ahora "consolidar este primer reconocimiento que se ha dado en la comunidad internacional". "Si trabajamos bien más allá del 15 de noviembre, consolidaremos nuestra posición como un actor global relevante", dijo, acerca de esta posibilidad que se abre de que España sea uno de los países miembros del G-8 ó G-9... En esa misma rueda de prensa, el presidente del Gobierno, aunque quiso explicar las medidas concretas que presentará el 15-N, sí ha anunciado que se reunirá en breve con el líder de los 'populares', Mariano Rajoy, con los agentes sociales, con las principales entidades financieras y expertos, para preparar esta cumbre de Washington, aunque no ha especificado cuándo.

   No tiene demasiados días por delante, y de hecho, hoy mismo, Zapatero anunció que ya se ha puesto en contacto con el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, para manifestarle su deseo de que mantengan esa reunión antes de la cumbre de Washington. Zapatero señaló que su encuentro con el jefe del principal partido de la oposición se inscribirá en esa serie de reuniones con diferentes agentes sociales, -los dirigentes sindicales y empresariales, los presidentes de las principales entidades financieras y algunos expertos-; que precederán a su presencia en la cumbre internacional, que se celebrará el próximo fin de semana en Washington (EE UU).

   Durante su comparecencia ante los medios en la Moncloa, después de que ayer se confirmara que España estará en la cumbre del G-20 en un puesto cedido por Francia, Zapatero manifestó su "agradecimiento" a los presidentes de Francia, Nicolás Sarkozy, y de Estados Unidos, George W. Bush, "por la actitud que han mantenido" ante la reivindicación de España de estar presente en la reunión internacional, conforme había venido defendiendo en las últimas semanas ante la comunidad internacional, -las cumbres Europa-Asia de Pekín, la cumbre latinoamericana de San Salvador, las cumbres comunitarias-. Y luego, Zapatero ha vuelto a recordar la relevancia de España como octava potencia económica.

   El presidente expresó esa importancia de la presencia de España abogando por lograr entre toda la comunidad internacional un futuro más "controlado, previsible y justo". La  comparecencia de Zapatero se producía pocas horas después de que el Gobierno francés emitiera un comunicado en el que anunció la asistencia de España a la cumbre del G-20, tras cederle una de las sillas que al presidente Sarkozy le corresponden como presidente de turno de la UE y como miembro del G-8. "Podremos participar en el análisis de lo ocurrido y directamente en lo que hay que hacer en el futuro. Un futuro más controlado, previsible y justo",explicó el presidente del Gobierno. Después de varias semanas de lucha diplomática para conseguir que España estuviera presente en la 'cumbre de la crisis', Zapatero pudo, al fin, respirar tranquilo tras conseguir su objetivo.

   Desde el momento en que se convocó la cumbre, el Gobierno español y, en especial el presidente, defendieron un hueco en Washington por considerar que España lo merece por su peso político y económico. Zapatero y el Ministerio de Exteriores abrieron una amplia y vigorosa campaña en busca de los apoyos de otros países. El primer ministro británico, Gordon Brown, los países latinoamericanos, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, se pusieron del lado de España. Sin embargo, el 'no' de EEUU era un escollo difícil de superar. A partir de ese momento, la diplomacia española intensificó sus contactos "en todas las direcciones, con todo del mundo y a todos los niveles". Zapatero no llamó a Bush, pero el Ejecutivo, el Ministerio de Exteriores y la Embajada española en Estados Unidos... realizaron todas las gestiones posibles ante la Casa Blanca e incluso ante los equipos de los candidatos Barack Obama y John McCain.

   Finalmente, prosperó el razonamiento del presidente de que "es fundamental que se reconozca el peso económico y político de este país", y de que España "quiere que en la cumbre se aborde la cuestión del sistema financiero, pero también del cambio climático, de la lucha contra la pobreza y de los Objetivos del milenio". Precisamente varias de estas cuestiones fueron abordadas en la primera conversación que Zapatero mantuvo anoche con el Presidente electo de los Estados Unidos, Barack Obama, que llamó al jefe del Gobierno para agradecerle su felicitación por su elección. En los diez minutos de esa conversación desarrollada a las once de la noche del viernes, Obama y Zapatero hablaron del cambio climático, de América Latina y de que ahora se abre una nueva etapa en las relaciones bilaterales.
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