www.diariocritico.com

Enanos y hombres-anuncio

lunes 10 de noviembre de 2008, 10:07h
No me coge por sorpresa la decisión de la Comunidad de recurrir la ordenanza del Ayuntamiento de Madrid que prohíbe los hombres-anuncio. Desde el primer momento me mostré en contra de esa prohibición y ahora compruebo que también el gobierno de la Comunidad piensa igual que quienes opinamos que el trabajo de hombre-anuncio no es una indignidad que atente a los derechos de las personas, sino un derecho que tienen las personas a elegir esta forma honrada de ganarse la vida, sobre todo cuando el mercado laboral está como está, es decir, prácticamente inasequible a muchas capas laborales de la población.

La Comunidad viene a reconocer que ese trabajo de portar publicidad sobre pecho y espalda, no debe ser exclusivo de los deportistas de élite, ni de los famosos de turno que explotan cada centímetro de su cuerpo con publicidad a precio de oro, lo que no parece ninguna indignidad, frente a lo que se califica de indigno, que es la publicidad del pobre, del obrero, del que se lo curra paseando por la Puerta del Sol. No tiene que ser indigno colgarse un cartelón anunciando que se compra oro, como no lo es llenarse el mono de pegatinas anunciando carburantes o refrescos a lomos de una moto de carreras o de un fórmula 1.

Somos tiquismiquis para unas cosas y ancha es Castilla para otras, pero siempre enfrente del débil. Me cuentan que los enanos están temerosos de que prospere la iniciativa de algún progre impresentable pidiendo que no se les utilice en los espectáculos cómico-taurinos, porque es una atrocidad que atenta contra la dignidad de las personas. Todo ello sin contar con los interesados, con los que no se consideran, pero pueden convertirse, en víctimas de unos pelagatos metidos a defensores de pleitos pobres.

Dicen ellos, los enanos y enanas, que en los festejos taurinos, en el circo, el cine y otros espectáculos encuentran una salida laboral. Qué sería de ellos si en defensa de su dignidad se les dejara en el paro. Tienen muy difícil acceder a otros trabajos, si sus “defensores” oportunistas no les apoyan en eso de la igualdad laboral, y ahora se les quiere librar de una servidumbre que no entienden como tal, ¿qué va a ser de ellos?. Ser enano-torero les parece mucho más digno que ser enano-parado o enano-mendigante. Igual pasa con los hombres-anuncio.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios