Soraya pide a los críticos que “no oscurezcan” el trabajo del grupo parlamentario

Pero si hubo algo en lo que coincidieron todos los consultados fue en que Sáenz de Santamaría utilizó en todo momento en un tono “amable” y constructivo en la breve intervención  que realizó al término de la reunión. Estaba claro que la portavoz del PP no quería ahondar más en el malestar interno generado por el rapapolvo que les echó la semana pasada por las reiteradas ausencias de algunos a los plenos  y los comentarios de pasillos de los ‘descontentos’.

    Esto, junto al episodio protagonizado por el diputado por Guadalajara, Ramón Aguirre, -que llegó tarde el miércoles pasado a la sesión de control y no pudo preguntar a Solbes sobre el paro- motivó que Sáenz de Santamaría enviase a cada diputado una carta y varias fotocopias de las fotografías del hemiciclo medio vacío. En la carta les recordaba sus deberes parlamentarios y les advertía sobre el endurecimiento de las multas en caso de absentismo a los plenos. Incluso, en una entrevista a una televisión privada, llegó a invitar a “dejar el escaño” a que todo aquel que no acudiera a su trabajo en la Cámara Baja.

    El temor a las filtraciones y a enrarecer más el caldeado ambiente, también ayudó a que Soraya no se explayara más en su enfado en la reunión que celebró a puerta cerrada este lunes con sus diputados, en la que no dejó entrar ni a cámaras ni a fotógrafos, como suele ser habitual en estos casos.

    A la una de la tarde – hora de la convocatoria- la sala de Internacional del Congreso ya presentaba un lleno bastante aceptable. Entre los asistentes se pudo ver a Ángel Acebes, a Manuel Pizarro y a dos de las voces más críticas con Mariano Rajoy, Juan Costa – que no quiso hacer declaraciones- y Gabriel Elorriaga. 

    No obstante, la expectación ante este encuentro del Grupo Popular venía también generada por las duras declaraciones de la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, realizadas este fin de semana al diario El País, en las que lamentaba que haya “cobardes anónimos que quieren remar en contra del partido”.

    Mientras muchos de los diputados rehusaban hablar a su llegada, la que sí se despachó a gusto fue la secretaria cuarta de la Mesa del Congreso, la malagueña Celia Villalobos. Antes de entrar, con su habitual desparpajo, al ser preguntada por las ausencias de algunos compañeros a los plenos replicó que los diputados “no llevamos una cámara pegada al culo” para ver donde están en cada momento. La ex ministra defendió el derecho de los parlamentarios a trabajar en sus despachos mientras no es necesaria su presencia en el hemiciclo.

    Dentro, la propia portavoz resaltó el buen trabajo que está realizando en general el grupo, con la presentación de más de 1.200 enmiendas a los PGE – todas rechazadas por el PSOE, por cierto- y les conminó a seguir en esa línea porque “debemos ser sensibles al debate que hay en la calle porque se nos está mirando con lupa”, en referencia a la preocupación que hay entre los ciudadanos por la crisis. 

    El portavoz de economía del partido, Cristóbal Montoro, presentó previamente un informe sobre economía, la postura que van a adoptar sobre las enmiendas a los PGE y explicó también como van las negociaciones con el Gobierno en torno a los decretos de ayuda a los bancos, asunto en el que varios diputados intervinieron para pedirle que exija al Gobierno que garantice la transparencia de las operaciones.