La citación al actual gobernador de Zulia fue realizada, según declaraciones a la prensa local del diputado oficialista Calixto Ortega, el pasado lunes.
"Estoy dispuesto a ir a cualquier instancia, y a debatir en cualquier escenario la andanada de mentiras y falsedades que se han dicho contra mí", agregó Rosales.
Además, acusó a los parlamentarios de tener preparadas "turbas en los alrededores del edificio" legislativo al que fue citado, para que le "agrediesen e hicieran un espectáculo".
Los diputados de la Asamblea Nacional decidieron convocar de nuevo a Rosales para el 26 noviembre, debido a que el Legislativo entró en receso para que sus miembros participen en la campaña electoral de cara a los comicios de regionales y municipales del 23 de noviembre.
"Las cartas están echadas, ni emboscadas ni linchamientos políticos tendrán ningún resultado (...); el mapa venezolano va a cambiar de color, va a ser plural", dijo,
Rosales fue candidato presidencial en las elecciones en las que en diciembre de 2006 resultó reelegido Chávez hasta el año 2013.
"El Zulia no se cala a un gobernador títere del presidencialismo", agregó.
Chávez acusa a Rosales de querer convertir ese estado en "una Santa Cruz venezolana", en referencia a la provincia autonomista boliviana opositora, y de haberlo convertido en refugio de paramilitares, de mafias del narcotráfico y de grupos de extrema derecha.
Gane o pierda la elección, "Rosales va preso", ha reiterado el jefe de Estado, quien ha pedido que las instituciones actúen contra el gobernador conforme a las denuncias.
Rosales ha respondido que tendrán que matarlo para sacarle de la contienda política y electoral o encarcelarlo.
"Tendrán que matarme, porque no tienen ninguna razón para hacer nada contra mí", dijo el gobernador, quien aseguró que todos los señalamientos en su contra obedecen a un plan "político, sucio y cobarde" por el hecho de figurar en las encuestas como favorito.
EFE