e-Xcelentes del martes, 25 de noviembre de 2008

Sánchez Vicario cumple y dimite pese al triunfo en la Davis

Siempre fue un tío serio, dentro y fuera de las pistas. Y Emilio Sánchez Vicario lo ha demostrado nuevamente. El capitán español de la Copa Davis ha cumplido su promesa de marcharse tras concluir la temporada, se ganara o se perdiera la competición más importante del mundo. Y lo tenía fácil, porque si se hiciera un referéndum entre todos los jugadores y entre la afición ganaría casi de forma absoluta la petición de que se quedase después de traer a España la 'Ensaladera' sin Nadal y jugando en Argentina y su especial público.

Pero, dando un gran ejemplo de persona cumplidora -a diferencia de Luis Aragonés, que fracasó en el Mundial y siguió saltándose sus palabras, aunque después ganó la Eurocopa, por lo que le perdonamos-, y a pesar de no tener nada en perspectiva, el mayor de los Vicario hace honor a su promesa y se va. También podrían tomar ejemplo muchos políticos, tan agarrados siempre al sillón, ¿no?

Iberia rebaja sus precios para fomentar el consumo en plena crisis

Las aerolíneas son de las compañías más afectadas por la crisis, pero es bueno que no traten de salvarse a costa de los consumidores. Mientras Díaz Ferrán proponía este martes precisamente lo contrario, aumentar el IVA de los productos,  Iberia ha decidido bajar los precios de sus vuelos en numerosos destinos para atraer a la demanda.

    La aerolínea española Iberia ha lanzado una campaña que rebaja los precios de sus vuelos a numerosos destinos peninsulares y de Baleares desde tan sólo 22 euros por trayecto, con todos los gastos incluidos. Más información pinchando aquí.


Cabrera pone paz en la guerra de los crucifijos

El último motivo de enfrentamiento entre la sociedad civil y la izquierda política y la Iglesia ha sido la retirada de crucifijos en un colegio de Valladolid, como ya saben, por una sentencia judicial que obligaba a ello. A raíz de esa sentencia, motivada por la demanda de un padre de un alumno, miembros destacados de la Iglesia española estallaron contra la 'cristofobia', aunque si aludir claramente al Gobierno de Zapatero. Pero más allá de las enemistades evidentes, y las palabras subiditas de tono, la ministra de Educación, Mercedes Cabrera, ha puesto el seso, la coherencia y la tranquilidad necesarios para este delicado asunto. Ha dicho que desde el Gobierno se respetará la "autonomía" de cada centro para decidir sobre la presencia o retirada de los símbolos religiosos, puesto que "son los que mejor conocen qué tipo de alumnos tienen y qué piensan los padres". La posición de la ministra contrasta con la del católico declarado pero defensor de la laicidad  José Blanco. El socialista abogó por la retirada de los crucifijos. Sin embargo, el PP señaló que su partido respeta esta resolución judicial, pero cree que estos símbolos no molestan "a la mayor parte de los españoles".