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Nuevo(s) Futuro(s)

Nuevo(s) Futuro(s)

lunes 01 de diciembre de 2008, 19:26h
TITO B. DIAGONAL
Barcelonés de alta cuna y más alto standing financiero, muy apreciado en anteriores etapas de este diario, vuelve a ilustrarnos sobre los entresijos de las clases pudientes.
Parece que fue ayer, amadísimos, globalizados, megaletileonorisofiados y rastrillados niños y niñas que me leéis, pero la cosa hace cuarenta años que dura, porque al ejercicio de las obras de misericordia se le dedica todo el tiempo necesario y un poco más. Naturalmente os estoy hablando del rastrillo más rastrillo de todos los rastrillos benéficos de las Españas, el que apoya Su Alteza Real la infanta Doña Pilar de Borbón y Borbón, duquesa de Badajoz. Egregia dama a la que, en más de una ocasión, le hemos sugerido que haría santamente en registrar la idea, dado el número de imitadoras que le han salido a lo largo y ancho de la vasta geografía española.

Y así, este finde pasado por agua y por nieve, papá y mamá decidieron ir a Madrid, a visitar el Rastrillo de Nuevo Futuro, del que son asiduos, especialmente en vísperas navideñas, que siempre hay que pensar en algún detalle –tampoco conviene arruinarse—para el personal y los empleados de confianza. De paso, se contribuye a que el mayor número de niños tenga un hogar digno. Una generosa labor que seguirá por muchos años más gracias al trabajo de las jóvenes generaciones de voluntarios que, a pesar del frenético ritmo al que se vive actualmente, hacen todo lo posible por dedicar parte de su tiempo a apoyar con su presencia o trabajo la continuidad de este solidario proyecto.

Y nunca me cansaré, pequeñines/as míos/as, de aleccionaros sobre lo útil que resulta el ejercicio de la beneficencia hacia los más desfavorecidos. “Quien da a los pobres, presta a Dios”, nos suele recordar Don Crisanto, el actual capellán de mamá.  Y ya se sabe que el Supremo Hacedor acostumbra a retribuirte (toma nota, Vilariño, malvadísimo hereje) con el ciento por uno. ¿Qué banco os da mayor porcentaje? Ni antes, ni ahora, en plena crisis, los banqueros han sido tan generosos.

Hay muchas formas de colaborar con el Rastrillo. Está el de la asistencia compradora, como hacen papá y mamá, que los de las clases inferiores adoran esto del género vintage, que suele amparar a aquellos objetos que se encuentran en el limbo existente entre lo que no deja de ser material de segunda mano, apto para el reciclaje –o la basura, que viene a ser lo mismo— y la antigüedad comercializada en tienda ad hoc. Algo que, como me sugiere Damián, mi valet de chambre, siempre al quite del correcto uso de la Lengua Común, podría calificarse como objeto con solera.  Te gastas poco y quedas fenomenal con criados, chóferes y ejecutivos a tu servicio.
Luego está lo de la colaboración en especie. Un acierto en toda regla. Se trata de dar salida a stocks de fábrica. Y es el método utilizado por industriales textiles, del mueble y de la alimentación. Y, encima, el donativo desgrava. Un método fantástico, todo hay que decirlo, pero con una limitación: no es el más conveniente para constructores/promotores inmobiliarios y fábricas de automóviles. Aunque, al paso que vais –vosotros, no nosotros—no me extrañaría nada que, en el Rastrillo 2009, empezasen a aparecer utilitarios y hasta chalecitos adosados y apartamentos en la Manga del Mar Menor.

Por último queda lo de la prestación personal. Aquí la manga es más ancha, porque no sólo de egregias y linajudas damas y damiselas se nutre el personal del Rastrillo Nuevo Futuro. Está bien que ellas ponga su touch of class, su charme, su toque de distinción.  Totalmente de acuerdo en ello. Pero, ¿quién sirve las cervezas y los montaditos?, ¿quién lava platos y copas?, ¿quién hace los paquetes? No van a ser ellas, por supuesto. Para eso, durante estos días rastrilleros, están las voluntarias, las señoras –y no tan señoras—del famoseo y de la clase media. Ellas se mueren por estar al lado de una infanta, una marquesa o una condesa, y hasta ponen los ojos en blanco si trabajan codo con codo junto a la tercera esposa de un conocido naviero. Pues, ¡hala!, rentabilicemos las ansias de figurar de estas féminas y que suden el delantal...

Dejemos a doña Pilar, a su hija Simoneta Gómez-Acebo, a su nuera Laura Ponte, a María Zurita, hija de la infanta Margarita,  a Carla Royo-Villanova, a Cuqui Fierro, a Ymelda Moreno, marquesa de Poza y al resto del ramillete de reconocidísimas damas madrileñas en sus funciones de representación y alta dirección del evento. Sea todo por los niños de Nuevo Futuro. Hay unas damas que velan por ellos y por su futuro. Porque, amadísimos/as de mi paterno corazón, lo que para los pequeñines tutelados en pisos de acogida es un futuro, para sus benefactoras es un presente, un presente esplendoroso desde hace cuarenta años... Y que dure, claro... Para bien de los niños, por supuesto...
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