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En el Congreso de Estados Unidos para su rescate

General Motors, Ford y Chrysler semana crucial

General Motors, Ford y Chrysler semana crucial

lunes 08 de diciembre de 2008, 01:22h

General Motors, Ford y Chrysler semana crucial El Congreso examina un nuevo plan de rescate financiero de la industria automotriz a través de un préstamo de corto plazo, en medio de diferendos entre la Casa Blanca y la mayoría demócrata de la Cámara de Representantes y del Senado, sobre el origen de los recursos.

El préstamo, que podría ser aprobado en breve por unos 15 mil a 17 mil millones de dólares, una cantidad sustancialmente menor a las aspiraciones de General Motors, Ford y Chrysler, es objeto de negociaciones este fin de semana entre el ejecutivo y el legislativo estadunidense.

Pero se trata de una iniciativa llena de condicionamientos que están siendo objeto de negociaciones entre el ejecutivo y el legislativo, incluida la designación de un nuevo "Zar" a cargo de supervisar el rescate financiero.

Los "Tres Grandes" fabricantes de automóviles solicitaron un total de 34 mil millones de dólares, bajo el argumento de que los fondos son necesarios para evitar una "catástrofe" de liquidez que los ponga al borde de la liquidación antes de finales de año.

El presidente George W. Bush urgió el viernes al Congreso a aprobar esta semana el rescate automotriz, a pesar que el liderazgo demócrata desea que el presidente ejerza su autoridad ejecutiva ante la falta de votos en el legislativo para un préstamo masivo.

En contraste la Casa Blanca desea que el Congreso utilice los recursos aprobados en el otoño por el legislativo, en lugar de utilizar fondos bajo el programa de rescate financiero por 700 mil millones de dólares.

Se trata de 25 mil millones de dólares aprobados para que el Departamento de Energía los canalice a los fabricantes de vehículos.

Sin embargo, el líder de la mayoría demócrata Harry Reid reviró a Bush que éste debe utilizar su autoridad ejecutiva para aprobar los fondos a través del Departamento del Tesoro o la Reserva Federal, debido a que no cuentan con los votos necesarios para aprobar un rescate financiero automotriz.

Pero, en un cambio de señales desde el Congreso, la presidente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, sugirió que los demócratas estarían en posición de aprobar el uso del dinero del Departamento de Energía para General Motors, Ford y Chrysler, bajo ciertas condiciones. En este marco, negociadores de ambas cámaras discuten este fin de semana las condiciones de un posible préstamo de corto plazo.

The Washington Post reportó este domingo que la Casa Blanca planea nombrar a un "Zar" dentro del Departamento de Comercio, con amplios poderes para forzar a las "Tres Grandes" automotrices a reestructurarse o aceptar declarar la bancarrota financiera.

Pero los demócratas desean que General Motors, Ford y Chrysler reciban el dinero en un sólo pago y de inmediato, y que la designación del "Zar" sea hecha por Barack Obama cuando asuma la presidencia el 20 de enero próximo.

Aún antes del avance en las negociaciones del rescate financiero de la industria automotriz, el líder senatorial Reid había expresado su intención de presentar una iniciativa este lunes. El Senado estadunidense tiene planeado sesionar a partir de mañana pero aún no está claro si, en caso de lograrse un acuerdo en principio entre la Casa Blanca y el Congreso, el nuevo paquete de rescate financiero será iniciado en la Cámara de Representantes o en la Cámara Alta.

Piden Chrysler, Ford y GM casi cinco mil mdd a Canadá

Para poder sobrevivir, las filiales canadienses de las compañías General Motors, Chrysler y Ford piden a Canadá una ayuda equivalente a 4.7 mil millones de dólares estadounidenses, un tercio del apoyo alcanzado en Estados Unidos.

Un principio de acuerdo es negociado en Washington entre el Legislativo y el Ejecutivo para brindar 15 mil millones de dólares en préstamos urgentes a los "tres grandes" del automóvil, pero en Canadá el tema sigue siendo debatido.

Las subsidiarias de los "tres grandes" en Canadá piden una ayuda financiera de seis mil millones de dólares canadienses, o sea unos 4.7 mil millones al cambio actual, según los planes de reestructuración presentados a los gobiernos Federal y de Ontario.

GM Canadá, según el ministro de Desarrollo Económico de Ontario, Michael Bryant, está pidiendo un urgente "préstamo puente" por unos 628 millones (EU), que sería parte de un paquete de mil 884 millones en "préstamos" a pagar.

Chrysler pide unos mil 256 millones y Ford una línea de crédito por mil 570 millones de dólares. Para el ministro Bryant el pedido de ayuda financiera de los "tres grandes" a Canadá es "bastante desproporcionado" a lo que están pidiéndole a Washington, pero agrega que esos pedidos están siendo considerados.

Por la importancia de esa industria en Ontario, como en el comercio exterior canadiense -más del 80 por ciento de los autos fabricados en Canadá son exportados hacia Estados Unidos- Canadá no puede librarse de participar en el rescate de estos tres fabricantes.

Pero los economistas Jeff Rubin y Meny Grauman, del Canadian Imperial Bank of Commerce (CIBC), opinan que la ayuda que se brinde a esos "tres grandes", incluida la reestructuración que la acompañará, no los salvará a largo plazo.

"La cuestión no es la simple competitividad de los fabricantes de automotores en América del Norte, sino la dimensión del mercado que servirán en el futuro".

Los escollos futuros son enormes, entre ellos la tendencia alcista de los combustibles, según Rubin y Grauman, a lo que se agrega que estos fabricantes tienen una "exagerada" capacidad de producción relativamente al tamaño decreciente del mercado.

Desde hace más de una década los economistas opinan que una "consolidación" es inevitable en ese sector, para dejar dos fabricantes que puedan, lo que no es evidente desde hace años, tener rentabilidad en sus operaciones centrales, la fabricación de automóviles.

En las últimas décadas la rentabilidad estuvo más asegurada por el aparato financiero –préstamos para compras y programa de alquiler y compra- que por la fabricación de automóviles.

El detallado análisis de Rubin y Grauman -que incluye precios de combustibles, tasa de consumo de gasolina en los motores y consumo por vehículo, escasez de petróleo a mediano y largo plazo, entre otras variables- los lleva a una conclusión pesimista.

En un tiempo en que hay un creciente llamado a los gobiernos para aumentar el gasto en la infraestructura para enfrentar la crisis económica, dicen los economistas, hay que subrayar que pronto habrá menos y menos automóviles en las rutas estadunidenses.

 

 

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