De acuerdo:
Gaspar Llamazares tiene poco carisma. El tal
Cayo Lara, representante de los ‘duros’ del PCE y ascendido este fin de semana a coordinador de Izquierda Unida, no tiene ninguno. Gaspar Llamazares trató de construir una alternativa flexible, moderada, dialogante, una plataforma de la izquierda. De acuerdo: no lo ha logrado plenamente. Que se sepa,
Francisco Frutos, el secretario general del PCE e inspirador ‘indirecto’ de la candidatura de Lara, menos aún.
.png)
Con Llamazares como coordinador, uno se sentía tentado de pensar que la coalición Izquierda Unida tenía un papel en el panorama político nacional. Con Cayo Lara, que lo primero que ha hecho ha sido llamar a la huelga general, nada de nada. Precisamente lo que no necesitamos es alguien que venga a suplantar el papel, forzosamente moderado en esta coyuntura, de los sindicatos, ni a pronunciar palabras incendiarias desde el extraparlamentarismo.
Supongo que los del PSOE estarán muy contentos con lo ocurrido este fin de semana en el Consejo Político Federal de la ya ultraizquierda desunida. Los socialistas se van a llevar bastantes de los pocos votos que le quedaban a la coalición. Esos votos nostálgicos que aún creían que el soso, tristón, buenazo de Llamazares era la última esperanza. Pero no: IU se ha sumado a la locura general, y uno siente la tentación de hacer facilones juegos de palabras con una caída, aún más abajo, de la mano de Cayo. Nos perdonarán la simplificación, pero, al fin y al cabo, a él también le gusta la sal gruesa. Vuelve, Llamazares, que te perdonamos.