El hecho más grave ocurrió en la población de Plato, 800 kilómetros al norte de Bogotá, donde las aguas del Magdalena rompieron un muro de contención y anegaron más de la mitad de la zona urbana y parte de la rural.
Ante la gravedad de la situación, el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, canceló su asistencia a la Cumbre de Jefes de Estado de América Latina y el Caribe, que se celebrará desde mañana en Costa de Sauipe (Bahía, Brasil).
"Mañana estaré a primera hora en Plato (...) examinando a ver cómo podemos reconstruir ese dique, ponerlo en condiciones de mejor resistencia", afirmó el mandatario, tras presidir una reunión del Consejo Nacional de Política Económica y Social (Conpes), que analizó la situación.
En esa reunión se decidió aumentar en 326.000 millones de pesos (142 millones de dólares) el presupuesto del 2009 para enfrentar los estragos de las lluvias.
Uribe expresó su "solidaridad con los compatriotas que continúan siendo víctimas de estas inundaciones".
Mientras tanto, el alcalde de Plato (departamento del Magdalena), José Santander Rosales, declaró que después del prolongado aguacero del sábado hay 4.000 casas inundadas, de las cuales 300 tienen el agua casi hasta el techo, y otras 50 viviendas fueron arrasadas.
Además, la población quedó sin servicio de agua potable, con problemas en las conexiones eléctricas y varias dependencias municipales, la iglesia, un colegio y una clínica quedaron anegadas.
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