ILUSIÓN

¿Qué hace uno cuando se da cuenta de que cometió un descuido? Remediarlo, ¿o no?

Bueno, pues no es el caso de quien nos prometiera una “Patria Nueva”, pero nos deja una patria medio y mal vendida. Recordemos: hace seis meses, el presidente, Martín Torrijos, confesó que sancionó la ley que eliminó la prohibición de utilizar redes de cerco en el Pacífico panameño –afectando un verdadero santuario de delfines, peces espada, tortugas, etc.– por descuido.  Luego dijo que lo arreglaría, pero no ha sucedido.

Lo que sí se ha producido es la usual parodia de democracia que montaron los diputados de la Comisión de Medio Ambiente –MilcÍades Concepción, Jerry Wilson, Hermisenda Perea, Elías Castillo, José Carreño, Alcibíades Vásquez, Héctor Aparicio– para “dizque” escuchar los argumentos en pro y en contra.

Como es lógico, las organizaciones ambientalistas participaron, pensando que la abrumadora información científica que sustenta la prohibición, haría recapacitar a los gestores del golazo de agosto. Vana ilusión. Lo que sí se ha producido es la cuadratura del círculo: los diputados recomiendan la restitución de la prohibición, pero alegan que no se pudo probar la necesidad de tal prohibición.

Es decir, no es un asunto de convicción, sino de... pues no se me ocurre de qué. Tal vez sea un problema de oído, porque los argumentos científicos abundaron. ¿O será un problema de entendederas? Es una posibilidad, pero más bien creo que hay motivos crematísticos. Poderoso caballero...