Por ello, y alegando el riesgo de que puedan caer cohetes de Hamas, el ejército ha declarado "zona militar cerrada" una franja de entre dos y cuatro kilómetros alrededor de Gaza, lo que implica la evacuación de todos los civiles -incluidos los periodistas- de esa zona de seguridad.
Decenas de tanques y cientos de soldados toman posiciones alrededor de Gaza, hay controles de policías en cada cruce y mucho movimiento de tropas.
Mientras, siguen cayendo las bombas sobre Gaza, sobre cualquier objetivo que tenga que ver con Hamás. Los bombardeos se intensificaron y durante la madrugada, aviones israelíes atacaron la sede del Ministerio del Interior, la oficina del primer ministro de Hamás, Ismail Haniye, su casa particular, o dependencias de la Universidad Islámica, un importante símbolo cultural de Hamás. Otro de los bombardeos ha tenido lugar en el campo de refugiados de Jabalia. En uno de los edificios alcanzados han muerto cinco hermanas palestinas de entre 4 y 17 años. Nada se sabe, entre tanto, de los máximos dirigentes de Hamas.