Las claves de Zapatero

Si en algo arriesga su capital político el presidente Rodríguez Zapatero es en la política antiterrorista. Lo ha hecho con el viento a favor y sigue haciéndolo ahora, con casi todo en contra. Demuestra con ello que es una persona perseverante, capaz de quemar sus naves -juega con fuego- y menos maleable de lo que indican a veces sus modales y sus sonrisas. Pero como es muy difícil encontrar hoy en día a un político tan generoso, seguramente habrá que pensar que él tiene claves que nadie maneja. De lo contrario, le resultará poco menos que imposible explicar las cosas que está haciendo, por mucho que diga que la decisión sobre el preso etarra en huelga de hambre no la tomó "por miedo o por debilidad", sino para defender "el valor supremo de la vida" y evitar así más violencia en Euskadi.

Si algo se mueve en el País Vasco es porque el calendario electoral aprieta y es necesario encauzar o descartar la opción de Batasuna a volver a los ayuntamientos y a las diputaciones forales. El Gobierno ha echado la casa por la ventana propiciando el traslado de Ignacio de Juana Chaos a Euskadi, entre nuevos guiños entre Arnaldo Otegi y Rodríguez Zapatero. Se supone que ahora será ETA la siguiente en mover ficha y que lo hará mediante una nueva declaración de alcance. Aunque el proceso de paz y el diálogo con ETA siguen formalmente interrumpidos, todo parece indicar que se ha recuperado el espíritu anterior al atentado de finales de diciembre en Barajas.

El hecho de que la intervención en Pamplona del dirigente de la ilegalizada Batasuna no aportase demasiadas novedades -más allá de reiterar su propuesta de autonomía conjunta para el País Vasco y Navarra dentro de España- alimenta la expectación ante lo que pueda hacer ETA, que ya tiene en casa a De Juana Chaos. Esta vez sí que Zapatero va por delante, y se supone que con garantías. ¿O no?