Los socialistas están que echan humo contra Mariano Rajoy y los dirigentes del PP. Creen que no se comportan como líderes un “partido de gobierno” sino como un partido de la derecha más extrema y radical que ha decidido poner en práctica “una política nociva con el propósito de excitar la irracionalidad” incitando a la rebelión ciudadana contra el Gobierno de Zapatero.
La decisión de Rajoy de convocar para el próximo 10 de marzo, víspera del etentado terrorista del 11-M, una gran manifestación en Madrid contra el traslado del etarra De Juana Chaos al País Vasco, ha sido la gota que ha colmado el vaso. Por ello han decidido pasar a la contraofensiva.
Este lunes, tras explicar y justificar el sábado pasado su decisión ante el Comité Federal de su partido, Zapatero acudió a la reunión de la Ejecutiva del PSOE con una amplio informe sobre la política penitenciaria de su antecesor en la Moncloa, José María Aznar, el mismo dossier que esgrimirá el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, durante su próxima comparecencia en el Congreso para demostrar la “doble moral y la hipocresía” que demuestra Rajoy ahora.
Tras la reunión, el secretario de Organización, José Blanco, compareció ante los periodistas para denunciar también esa doble vara de medir de los populares. Blanco opinó que la decisión de Rajoy de sacar a la gente a la calle demuestra “que han perdido el juicio como también están pediendo el otro”, en alusión al que se celebra estos días sobre el atentado del 11-M.
“El PP trata de tapar con mentiras las otras mentiras. Nosotros vamos a poner las cosas en su sitio. La democracia es un régimen deliberativo y tenemos un compromiso con la democracia, la verdad y la responsabilidad y vamos a poner delante de los ojos de los españoles la hipocresía y la mentira” avanzó Blanco al comentar que la dirección del partido ha decidido elaborar una segunda parte del video sobre La Otra Tregua con las decisiones que tomó Aznar en política penitenciaria desde 1996 a 2004 aderezadas con declaraciones del ex presidente y de otros líderes de su partido, entonces miembros de su Gobierno, como el propio Rajoy.
En el PSOE esperan que “el PP tenga el coraje democrático” de reconocer que tras el secuestro de Ortega Lara, por ejemplo, el Gobierno de Aznar reagrupó a 43 presos etarras en cárceles del País Vasco o próximas a él. Y que al menos 13 de estos presos tenían delitos de sangre que sumaban un total de 26 asesinatos.
Una cronología detallada
El texto, de cuatro folios, fue repartido entre los miembros de la Ejecutiva del PSOE durante la reunión que mantuvo esta mañana y comienza con la pregunta de si “¿fue una cesión al chantaje de ETA el reagrupamiento de presos que llevó a cabo el Gobierno del PP durante el secuestro de Ortega Lara?”.
El documento especifica los nombres de todos los presos que se beneficiaron del reagrupamiento, con distinción de aquellos que habían cometido delitos de sangre y los condenados por secuestros, intento de asesinato o colaboración con banda armada.
Además, hace una cronología detallada desde el 17 de enero de 1996 -fecha del secuestro del funcionario- hasta el 1 de julio del año siguiente, cuando fue liberado, en la que recuerda cada asesinato cometido por ETA y los pasos dados por el Gobierno del PP.
Junto a esto, el informe recuerda declaraciones del entonces ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, y del delegado del Gobierno en el País Vasco, Enrique Villar, en las que se reconoce que esta medida se tomaba para intentar que ETA liberara a Ortega Lara.
Ante esta situación, Blanco adelantó que “ninguna decisión como esta manifestación del PP va a condicionar la agenda del Gobierno ni del PSOE”. A su juicio el PP se ha propuesto “rentabilizar” electoralmente la polémica por el ‘caso De Juana’ para “justificar su acoso al Gobierno de España” con la única intención de “desgastar al Gobierno. Se les ve demasiado el plumero”, sentenció el secretario de Organización del PSOE.
Finalmente, Blanco reiteró su preocupación ante el hecho de ver a dirigentes con responsabilidad, como el propio alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, protestando en la calle junto a “elementos de la extrema derecha” que portaban banderas y otros símbolos preconstitucionales.
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