Nunca olvidaremos a Armad Basi

A mediados de los 70 Armand entró en contacto con el mundo del golf profesional y, con una enorme generosidad y ganas de apoyar a los jugadores españoles, comenzó una relación con ellos no sólo comercial sino de amistad. Desde entonces, Lacoste ha vestido a la gran mayoría de nuestros profesionales, a los equipos de la Federación Nacional y de varias Territoriales, y la marca del cocodrilo es el uniforme oficial en muchísimos torneos profesionales y amateurs.

Armand montó un taller textil junto a su hermano José en 1948; en 1961 comenzó a confeccionar y distribuir prendas de la marca francesa Lacoste en España; y en el 86 creó la marca que lleva su nombre y que se ha convertido en referencia en el mundo de la moda. He tenido el privilegio de conocer a Armand Basi, una persona excepcional, que nos acompañó en todas las Finales Lacoste Promesas desde la primera edición en 2004, fallando sólo en noviembre pasado, porque desde hacía algunos meses ya no se encontraba bien.

Pasar un rato junto a Armand era algo muy especial, su conversación era entretenida y animada, había viajado por todo el mundo y conocía a mucha gente tan interesante como él, su vitalidad era contagiosa, sabía disfrutar de todo y tenía un gran sentido del humor. Nunca olvidaré las cenas y desayunos en La Manga junto a Armand, Chema Olazábal, Miguel Ángel Jiménez, Nacho Garrido, Tomás Carbonell, Isabel y Nuria Basi (hijas de Armand), Roser Tolrá y David Morales. Con Olazábal y Jiménez mantenía una relación de amistad de muchos años, al primero le unía su pasión por la caza y con el segundo compartía su gusto por los habanos. El pasado día de Navidad, que le permitieron salir de la clínica, disfrutó fumándose un puro que le había regalado el malagueño. Descanse en paz.