Kirchner se va de España con los deberes casi cumplidos

Protocolos aparte,  la visita de  la presidenta Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, además de las sonrisas diplomáticas y la cordialidad permanente de los "dos estados hermanos', tal y como les gusta a los responsables de Exteriores calificar los encuentros mas comprometidos,  ha servido, al menos, para solventar  tres de los conflictos económicos que enfrentan a ambos paises. Al menos en lo que a sectores productivos se refiere.

A Repsol, las autoridades argentinas lo dejan tranquilo en su contencioso con YPF. Se superan las diferencias surgidas por la mediación española en torno a la construcción de una planta de celulosas en la frontera con Uruguay, y se salvan las críticas hacia las actuaciones que en Argentina se consideran "abusivas" del Santander y Telefónica.

   Lo que no se ha resuelto ha sido el famoso asunto de la privatización de Aerolíneas Argentinas. Ya se sabe que los líderes estatales, los presidentes de Estado o de Gobierno, no suelen reunirse, durante sus visitas oficiales, con los empresarios del país anfitrión. Eso lo dejan a sus "segundos niveles". Pero lo mas feo de Cristina Fernández en torno a este asunto ha sido precisamente esa provocación: que haya alardeado del desdén que mantiene con los empresarios españoles. Incluso con manifestaciones de mal gusto como la que efectuó este lunes cuando dijo que "las relaciones ya no son como las que se mantenían en tiempos de Cuevas", como si el malogrado presidente de la Patronal todavía pudiese ser objetivo del "pim pam pum "político. Un respeto a los muertos que no parece tener la Presidenta argentina.

    Y más si, tal y como ha podido saber Diariocritico de fuentes próximas al grupo Marsans, se está a punto de llegar a un acuerdo para solucionar definitivamente la controversia surgida en torno a la privatización de Aerolíneas. Un acuerdo que pasaría por la devolución de la fianza que el grupo aportó para el suministro de medio centenar de aparatos comprados a Airbus y el compromiso de no iniciar acciones legales contra los anteriores gestores de la compañía aérea.

   Cristina Fernández se ha comprometido a que su Gobierno no intervenga en los intereses económicos españoles en su país. Y eso es mucho en unas relaciones bilaterales que se han visto salpicadas durante los últimos tiempos por los problemas generados por las autoridades argentinas hacia empresas estratégicas para este país como es Repsol, telefónica o el Banco Santander.