Masiva presentación en un hotel de Madrid del libro de Rafael Vera 'Las 19 puertas’ en la que el ex secretario de Estado de Seguridad con Felipe González cuenta su verdad de aquel tenso periodo en modo de autobiografía novelada. En la mesa, el ex presidente del Gobierno y el presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, moderados por la periodista María Antonia Iglesias. Entre los numerosos asistentes, un desfile de antiguos altos cargos socialistas y amigos del autor, pero ausencia total de los actuales dirigentes del PSOE.
Allí estaban algunos diputados o senadores en activo, como Francisco Rodríguez Marugán, Pepe Acosta, Joaquín Leguina o Juan Barranco, y algunos cargos de aquella etapa de Gobierno socialista como Juan de Justo, José Luis Corcuera, Javier Sáenz de Cosculluela o José María Rodríguez Colorado. Al final del acto llegó Alfonso Guerra, pero en el mismo no se vio al ex ministro del Interior, José Barrionuevo.
El acto de presentación del libro de Rafael Vera ha sido más, en realidad, una especie de acto-homenaje al ex secretario de Estado, condenado en varios sumarios y que aún tiene que pasar por el juicio del ‘caso de los maletines’, que comienza la próxima semana. Aplausos a su llegada a la abarrotada sala –es difícil comprender la poca previsión de la editorial al alquilar una sala tan pequeña ante el ‘tirón’ que sin duda iba a tener la figura estelar de Felipe González-, y aplausos también a Vera tras su emotiva intervención final.
El plato fuerte, lógicamente, lo representó el ex presidente González, sobre todo por producirse en un momento de máxima tensión política que recuerda en muchos momentos al vivido por él mismo en el periodo 1993-1996. González dijo dos cosas que no van a gustar al PP, y mucho menos a su presidente de honor, José María Aznar.
Por un lado, el ‘reconocimiento’ expreso de que fue él, Felipe González, y su equipo de interior, con José Luis Corcuera como ministro y con Vera al frente de la Secretaría de Estado de Seguridad, quien le “rompió el espinazo” a ETA en 1992; es decir, que “el punto de inflexión de la derrota de ETA se produjo en ese periodo”. Había intención ácida en las palabras de González, porque esa frase estaba lanzada con la evidente intención de ‘destrozar’ el argumentario del PP según el cual fue el Gobierno Aznar el que ‘puso a ETA de rodilla’. Para que no quedaran dudas, González afirmaría más tarde que “la mayor debilidad mostrada ante ETA fue a partir de septiembre de 1998”, es decir, en plena etapa de Aznar, en la ETA estaba derrotada, según el ex presidente, pero recibió “oxígeno” por el Gobierno del PP.
Y un tercer argumento de González que tampoco gustará en el PP, pero que sirve de apoyo a la actual situación por la que atraviesa Rodríguez Zapatero, atacado por su decisión sobre De Juana Chaos: el recuerdo de un encuentro celebrado en el Ministerio del Interior entre Corcuera y Vera con los entonces opositores José María Aznar y Francisco Álvarez-Cascos; encuentro en el que Aznar avisó al entonces ministro del Interior: la lucha antiterrorista no iba a quedar fuera de la crítica política.
A juicio de Felipe González, y también de Rodríguez Ibarra en su intervención anterior, fue el eje por el que Rafael, un “ser humano excepcional, recio patriota y hombre de Estado”, como le definió la periodista María Antonia Iglesias, ése fue el eje por el que Vera ha tenido que pasar un calvario de cárcel: la ‘guerra sucia’ contra el Gobierno socialista, azuzada por un periodista, Pedro José Ramírez, llevada a cabo por el Partido Popular para conseguir lo que le negaban las urnas: llevar a Aznar a La Moncloa.
Críticas aceradas, pues, a la labor de Aznar y del PP en el periodo opositor de 1993 a 1996, y luego de 1996 a 2004, y luego aún más, ya con Rajoy, de 2004 a nuestros días, y el reconocimiento expreso de que Vera “pagó una cacería que iba dirigida contra mí”, en boca de Felipe González. Y una constatación final con mucha socarronería, como suele ser en Rodríguez Ibarra: “Nos iban a sacar del rincón de la Historia y nos metieron debajo de la cama el 11 de marzo de 2004”.
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