En Francia esta campaña presidencial, en la que aún se ignoran cuantos candidatos habrán, es como un inmenso vivero de dudas e inquietudes y se desarrolla bajo la tutela de los sondeos de opinión que como la todopoderosa Televisión escamotean dia a dia el debate contradictorio.
El centrista Francois Bayrou se acerca de sus rivales con 24% de intenciones de voto en la primera vuelta, contra 25% Segolene Royal, 26 % Nicolas Sarkozy y 14% el ultraderechista Le Pen. Cada cual se pregunta si en la primera vuelta habrá triángulo o cuadrilatero, pues la absurda división de los ecologistas y de los alter mundialistas está reduciendo cada vez mas su visibilidad.
Por suerte la realidad cotidiana se invita a menudo en la campaña electoral. Las cifras “oficiales” del desempleo son desmentidas a la alza por las propias cifras del INSEE, Instituto nacional de estadistica y estudios económicos, que situa en 9’8 % el indice de desempleo, pero que anuncia ya que no hará público su informe antes de las elecciones. Transparencia en las cifras y en los programas de cada cual es sin embargo lo que pide la ciudadania que por ahora recibe sólo promesas por doquier.
Mientras tanto, el semanario satírico “Le canard Enchainé” prosigue sus informes sobre las fortunas de los cuatro candidatos “principales” y esta semana publicó cifras sobre los subestimados bienes inmobiliariarios de Segolene Royal. Un pecado venial si se compara con el chanchullo de Neuilly. La candidata socialista ha prometido al respecto transparencia. Sarkozy por su parte ha denunciado los golpes bajos en esta campaña electoral. Pero para elevar el debate vino una vez mas la propia realidad y el avión Airbus, al anunciar el constructor diez mil supresiones de empleo en cuatro paises de Europa (4300 en Francia, 3700 en Alemania, 1600 en el Reino Unido y 400 en España). El caso Airbus pone sobre el tapete algunos temas claves de esta campaña presidencial: el desempleo, la amenaza de las deslocalizaciones y la futura construcción europea. ¿Como se hará y quien va a pagar los platos rotos?
Si las páginas del “Canard” crean zonas de sombra en la “imagen” de los candidatos, el caso Airbus provoca turbulencias aereas en sus respectivos programas. La socialista Segolene Royal se ha apresurado a declarar que pedirá “una moratoria” y ha propuesto a las regiones francesas concernidas que entren en el capital de Airbus para recapitalizar la empresa. El PSF arrastra consigo el síndrome Jospin, cuando frente al plan masivo de despidos en las fábricas Michelin en 1999, este declaró “El Estado no puede resolverlo todo”, lo que contribuyó en el 2002 a su histórica derrota electoral en la primera vuelta. El muy liberal y pro americano Nicolas Sarkozy hace verdaderos ejercicios de malabarismo retórico para no dar al impresión de que contradice sus principios y su ideologia anti estatal, agitando la amenaza del proteccionismo. El propio Bayrou sale mal parado cuando le interrogan sobre esta espinosa cuestión y se refugia en una argumentación del “ni esto ni aquello”.
Así las cosas, aumentan los indecisos y el vivero de dudas. En los extremos, el neofascista Le Pen sigue agazapado y con imagen ya de político respetable, “normalizado” y aceptado por todos, mientras que la extrema izquierda y los verdes, que avanzan ideas a menudo muy justas, no han tenido la madurez de presentar una candidatura única o una verdadera alternativa. Excesiva dispersión de altermundialistas que en esta ocasión podria ser favorable a Segolene Royal desde la primera vuelta, pero que explica también la tentación del voto Bayrou entre los indecisos de uno y otro lado.
Si (
No(
