Esta Semana Santa deja pérdidas al turismo y ganancias a las petroleras

Ya se sabe que la Semana Santa intenta ser el periodo en el que la economía española experimenta un tirón que permite crecer a nuestro PIB por encima de la media anual, lo que compensa las épocas bajas. No en vano el turismo sigue siendo la industria por excelencia en este país.

   Pero este año, los peores augurios se cernían sobre la Semana Santa debido a la crisis. Pues bien, a falta de resultados definitivos que irán ofreciendo a lo largo de esta semana en la Secretaría de Estado de turismo y las Asociaciones de Hoteles y de Agencias de viajes, ya se puede avanzar que el resultado no ha sido tan malo como se esperaba en un principio.

   Han descendido, tal y como estaba previsto, el turismo foráneo pero, a cambio, esta pérdida se ha visto compensada con un mayor movimiento interior. Curiosamente han sido los establecimientos denominados "de turismo rural" los que más han ganado, con una ocupación media del 90%. En cambio, el turismo de playa, el destino costero ha bajado, y, en algunas zonas como Levante, hasta términos realmente alarmantes. La patronal de establecimientos hoteleros considera que en algunos hoteles sólo se ha llegado al 65% de ocupación. En el Cantábrico, a pesar de una bajada descomunal de las tarifas con descuentos de, incluso, el 50 y el 60% respecto a otras temporadas altas,  la ocupación no ha sobrepasado el 70%. En cambio, en Andalucía, y no sólo en la tradicional costa del Sol y las costas almerienses y granadina, sino también en lugares como Córdoba y Sevilla, debido tal vez a las procesiones, se han llegado a ocupaciones cercanas al 90-95%.

Turismo exterior

   En cuanto a movimientos hacia el exterior, este año parecen haber decrecido salvo los cruceros, que se han puesto de moda gracias a las ofertas de los tour operadores, en algunos casos con estancias de cuatro a cinco días y desplazamientos por el Mediterráneo por 250-300 euros todo incluido. Los destinos preferidos de esta Semana Santa además de los mencionados, han sido Londres y Praga.

   Pero lo que verdaderamente ha vuelto a sacar de quicio a los consumidores ha sido el aprovechamiento que de la época han hecho las petroleras. Hasta cinco céntimos de subida  el litro de gasolinas y gasóleos en un momento en el que el petróleo sigue bajando en origen. Concretamente hace dos semanas un dólar en barril del tipo Brendt. Los operadores petrolíferos señalan que el crudo que se está consumiendo ahora se contrató hace dos meses, y entonces estaba subiendo. Aún así, reconocen que el componente estacional tiene "algo que ver" el precio de venta al público. Ya verán como dentro de unos días el litro de carburante vuelve a bajar. Es algo habitual pero incomprensible en el momento de crisis en que vivimos