Zapatero y los nuevos

   La remodelación del Gobierno continúa siendo tema de conversación preferente y es que, como al presidente Zapatero le gusta sorprender, en esta ocasión no podía ser menos. Por lo pronto son más las opiniones criticas sobre la nueva composición del Gabinete que quienes opinan que el presidente ha acertado. Habitualmente, este es un capítulo en el que el tiempo es el que da la razón a los detractores o a los entusiastas del nuevo Gobierno, pero dadas las circunstancias, es decir la profunda crisis económica, en esta ocasión el Gobierno no contará con los cien días de gracias y a los nuevos ministros se les ha empezado a juzgar desde el minuto siguiente a su toma de posesión.

   En mi opinión, resulta un tanto ridículo e infantil esa imagen que se ha querido dar de que los "nuevos" se han quedado sin vacaciones trabajando, y para que se note que trabajan han convocado a las cámaras de televisión para que los ciudadanos viéramos como se reunían entre ellos. De manera que a algún "genio" de la comunicación, que se cree que los ciudadanos somos tontos, se le ha ocurrido que nada mejor que la tele mostrara esas imágenes absurdas de ministros despachando con ministros como si eso fuera algo extraordinario, cuando es de suponer que en el día a día de la acción de cualquier gobierno los ministros hablan y se reúnen, y tratan de los asuntos de su competencia sin que eso sea noticia. Por eso, ya digo que es tomarnos por tontos a los ciudadanos el aburrirnos con imágenes televisivas de ministros reuniéndose con los vicepresidentes.

   Otro aspecto sorprendente en esta remodelación es la creación de una tercera vicepresidencia. Tener tantos vicepresidentes parece un poco tercermundista. Si Manuel Chaves sólo se puede jubilar como vicepresidente, entonces ¿qué sentido tiene mantener a Teresa Fernández de la Vega? ¿Es que Chaves no es capaz de hacer el trabajo que hasta ahora hacía De la Vega? ¿O es que De la Vega no ha sido capaz de hacer el trabajo que ahora va a hacer Chaves?

   Vaya por delante que en mi opinión ambos son políticos valiosos y que cualquiera de los dos tiene méritos y experiencia sobrada para ser vicepresidente, pero lo que no se entiende es que ahora tengamos tres. Puede que tenga que ver con esa obsesión de Zapatero de que nadie se configura como una fuente de poder y prefiera tener al Gobierno fragmentado, antes que cohesionado.

   En tercer lugar, el nombramiento de Elena Salgado está haciendo correr ríos de tinta, precisamente porque la opinión más generalizada es que, en realidad, Zapatero llevará de facto la política económica.

No obstante, en mi opinión, hay algunos nombramientos que pueden dar buen resultado, y no me refiero que le den buen resultado a Zapatero, sino que pueden ser beneficiosos para los ciudadanos. Creo que José Blanco puede dar la "sorpresa" convirtiéndose en el anverso de lo que ha sido Magdalena Álvarez, de la misma manera que Trinidad Jiménez tiene capacidad sobrada para que la Ley de Dependencia no sea papel mojado, o que Gabilondo tiene méritos sobrados para ser un excelente ministro de Educación. En cuanto a la nueva ministra de Cultura, su prueba del algodón será que no se amilane ante los internautas, por un lado, ni caiga en la tentación de ser sólo la ministra del cine.

   La verdad es que nada me gustaría más que este Gobierno acertase, porque en ello nos jugamos mucho los ciudadanos.