¿A quién le gustan los transgénicos?

No entiendo cómo es posible que el presidente Zapatero que siempre está a la última en todo se muestre tan complaciente con los transgénicos. Mientras que hace unos días el Gobierno alemán, siguiendo la estela del Gobierno francés, anunciaba la prohibición de cultivar el maíz Mon 180, o sea un maíz modificado genéticamente porque diversos estudios han comprobado sus efectos perniciosos sobre el medio ambiente, aquí en nuestro país miramos hacia otro lado.

Lo primero que hay que preguntarse es por qué los responsables políticos de nuestro país amparan los transgénicos cuando hay distintos estudios que aseguran que además de tener efectos sobre el medio ambiente también tienen consecuencias en la salud humana. Por si fuera poco, el 75 por ciento del maíz transgénico que se consume en la Unión Europea lo exportamos nosotros.

La ministra Garmendia se ha mostrado favorable a los cultivos de transgénicos, ella sabrá por qué. En cualquier caso, no debería de permitirse el cultivo de transgénicos mientras estén bajo sospecha, es decir mientras haya evidencias científicas de sus efectos negativos.

Las multinacionales que cultivan los transgénicos gastan mucho dinero en intentar convencernos de sus bondades, e incluso aseguran que gracias a los transgénicos se puede combatir el hambre en el mundo. Pero no hacen falta transgénicos para combatir y acabar con el hambre en el mundo, porque no son alimentos los que faltan, pero lo que es indudable es que los transgénicos pueden perturbar de tal manera la tierra, hasta hacerla yerma para cualquier cultivo que no sea transgénico.

Hay intereses económicos muy fuertes a favor de los transgénicos, y ya que tenemos un presidente campeón de la defensa del medio ambiente no nos podemos explicar por qué permite el cultivo de transgénicos en nuestro país, sin ni siquiera cuestionar sus posibles efectos nefastos. España se está quedando sola en el ámbito de la UE en cuanto a la defensa y cultivo de transgénicos ¿por qué será?